sábado, 10 de julio de 2021

IRA Y PASIÓN: CAPÍTULO 59

 


Paula y Delia se apoyaron en la barandilla del barco para observar el bote que llevaba a los buceadores a una de las diminutas islas que formaban el archipiélago de Los Roques, en la costa de Venezuela.


—¿Crees que esta vez tendremos suerte? —preguntó Paula.


Delia, mayor y más sabía, hizo una mueca.


—Eso espero. Hace una semana que salirnos de Caracas y es el cuarto grupo de coordenadas que probarnos —respondió—. He estado comprobando el informe del tiempo y, por lo visto, un huracán se dirige a Florida y las islas del Caribe. Esperan que llegue a Jamaica en tres días.


Paula puso los ojos en blanco.


—Gracias por animarme, amiga. En fin, creo que voy a comprobar el ordenador. Parece que están a punto de lanzarse al agua.


Jeronimo Hardington, el jefe de la expedición, quería bajar personalmente para comprobar el fondo marino, pero su segundo de a bordo, Marco, estaba en los ordenadores.


—¿Han encontrado algo?


—No. Acaban de llegar al sitio.


Paula se sentó a su lado y observó a los buceadores en la pantalla del ordenador buscando un trozo de la quilla, los restos de un cañón…


Después de trescientos años cualquier cosa estaría enterrada y cubierta de lodo.


Su trabajo consistía en localizar la posición de los pecios hundidos y determinar si lo que encontraban pertenecía a un naufragio determinado.


Aquélla era la expedición más emocionante en la que hubiera participado y, sin embargo, desde que se marchó de Perú cinco semanas antes le había costado trabajo emocionarse por nada.


Intentaba no pensar en Pedro, pero su recuerdo la perseguía día y noche. Especialmente por la noche, mientras dormía en la cama que había compartido con él. Aún no le había contado a Marina y Tomas que se habían separado, pero tendría que hacerlo cuando volviera a Londres porque su cuñada ya había empezado a hacer preguntas.


Irguiéndose en la silla, Paula concentró su atención en los ordenadores. Su matrimonio había terminado y tenía que seguir adelante.


Aquella expedición era el principio del resto de su vida.




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