jueves, 29 de abril de 2021

NO DEBO ENAMORARME: CAPÍTULO 51

 


Estaba poniéndose las sandalias cuando Pedro volvió a entrar.


–Lo siento mucho, Pedro. He salido a buscar el teléfono, pero me he tropezado con esa estúpida lámpara –le explicó–. No sé cómo pude quedarme dormida.


–No has sido la única. No pasa nada.


–Claro que pasa –se sentó en el sofá con cara de preocupación y Pedro se sentó a su lado–. Tenemos que hablar.


–No hay nada de qué hablar. Ya le he explicado todo a Claudia y lo entiende.


–Eso no es suficiente. Yo… no puedo seguir así.


–No quiero perderte. Todavía no.


–Está decidido –anunció sin mirarlo–. Pero quiero que sepas que han sido las semanas más felices de mi vida y que jamás te olvidaré.


–Dime que todavía podemos pasar una última noche juntos, que no te vas hasta mañana.


–No puedo –le puso la mano en la mejilla y lo miró a los ojos–. Lo siento.


Pedro se inclinó hacia ella para besarla, pero en ese momento volvieron a llamar a la puerta. Era Claudia otra vez, así que Pedro le dijo que pasara sin molestarse en soltar la mano de Paula.


–Perdónenme, pero pensé que querrían saber que acaba de llegar el coche de su padre. El rey ha vuelto.


Paula y Pedro maldijeron al unísono y se pusieron en pie de un salto al mismo tiempo.


–Ahora mismo bajamos –le dijo a Claudia.


Pedro terminó de vestirse lo más rápido posible. Le temblaban las manos y apenas podía pensar con claridad.


–¿Estás preparada? –le preguntó Pedro.


Paula lo miró unos segundos y meneó la cabeza.


–Yo tampoco –dijo él antes de estrecharla en sus brazos y besarla.


Fue un beso lento e intenso. Su último beso.


–Será mejor que bajemos.




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