martes, 27 de abril de 2021

NO DEBO ENAMORARME: CAPÍTULO 44

 


–¿Que has hecho qué? –gritó Jessy–. Estoy dos días sin hablar contigo y mira lo que pasa.


Paula cerró los ojos. Quizá no había sido buena idea contarle a su amiga que se había acostado con Pedro, varias veces. Pero iba a explotar si no hablaba con alguien.


–Tú no te acuestas con hombres a los que conoces desde hace una semana –le recordó Jessy–. Si a veces les haces esperar meses.


–Lo sé. Y es increíble que hayamos aguantado tanto tiempo.


Jessy se echó a reír.


–Madre mía. ¿Quién eres y qué has hecho con mi mejor amiga?


–Sé que no es propio de mí. Pero me alegro de que haya ocurrido porque me ha cambiado. A mí también me cuesta creerlo, pero me siento… mejor persona.


–¿Te acuestas con el hijo del hombre con el que se supone que vas a casarte y te sientes mejor persona? –le preguntó, riéndose.


–Es difícil de explicar y, aunque me cuesta reconocerlo, creo que tenías razón cuando me dijiste que Gabriel era una especie de figura paterna para mí. Supongo que en el fondo sabía que no quería a Gabriel como se debe querer a un marido y que nunca podría hacerlo, pero parece que él me quiere tanto, que no quería defraudarlo. Entonces conocí a Pedro y todo cambió. Si no llega a ser por él, seguramente habría cometido otro tremendo error.


–Debe de gustarte mucho.


–Eso es quedarse muy corta.


–¿Estás diciendo que te has enamorado de él? ¿En solo cinco días?


–Es increíble, ¿verdad?


–¿Y él qué siente?


–Da igual. No podemos estar juntos. ¿Cómo crees que se sentiría Gabriel si le dijera que lo dejo por su hijo? Lo más probable es que nunca perdonara a Pedro y yo nunca le pediría a Pedro que eligiese entre su padre y yo. El honor y la familia son muy importantes para él. Es una de las cosas que me gustan de él.


–Lo que te gusta de él es lo que impide que estéis juntos –resumió Jessy.


–Algo así –y la idea de tener que separarse de él le partía el corazón en dos. Sabía que cuanto más lo retrasara, más iban a sufrir, y sin embargo allí seguía–. Vamos a hablar de otra cosa porque esto me pone muy triste.


Jessy titubeó un poco al principio, pero luego le contó lo bien que había ido su viaje con Guillermo y lo amable que había sido su familia con ella. Al menos una de las dos tenía una relación con futuro.


–Sé que no quieres hablar de ello –le dijo después–. Pero quiero decirte algo más sobre tu aventura con el príncipe. Estoy orgullosa de ti.


–¿Por haberme acostado con el hijo del hombre con el que me iba a casar?


–Sé que suena raro, pero siempre intentas hacer feliz a todo el mundo y me alegro de que por una vez hayas sido egoísta y hayas hecho algo que te haga feliz a ti. Es todo un avance.


–Nunca habría pensado que fuera bueno ser egoísta.


–A veces lo es.


–¿Sabes qué va a ser lo peor cuando me vaya? Mia se ha encariñado mucho con él y parece que él también con ella. Sería un padre estupendo.


–Conocerás a otro, Paula, y volverás a enamorarte.


Ella no estaba tan segura. Nunca antes había sentido por nadie lo que sentía por Pedro; de hecho ni siquiera había creído que fuera posible amar tanto a alguien. Necesitarlo como lo necesitaba y a él y, al mismo tiempo, sentirse más libre de lo que se había sentido jamás. Por eso no creía que fuera posible que volviera a ocurrir. ¿Y si Pedro era el hombre de su vida? ¿Y si era su destino? ¿Sería también su destino tener que abandonarlo?



No hay comentarios.:

Publicar un comentario