lunes, 11 de enero de 2021

AVENTURA: CAPITULO 29

 


Aunque al regresar a su despacho, se preguntó si el hecho de que investigaran a Julián significaba que también hacían lo mismo con él. Pero no veía el motivo. Podía contar con los dedos de una mano las veces que había estado en la refinería. Sin embargo, como saliera a la luz la relación que tenía con Paula y Matías, no solo podría socavar sus posibilidades para llegar a ser presidente ejecutivo, sino que también lo colocaría en una posición dudosa.


Si pudiera ocultar a Paula solo unos meses más, hasta que hubiera tenido tiempo de considerar de verdad lo que hacía, al menos hasta que se hubiera tomado la decisión de la sucesión…


Al volver a su despacho vio que en el teléfono móvil que había dejado sobre la mesa tenía dos llamadas perdidas. Una de un número que no reconocía y otra de Paula. Sin mensajes.


Marcó el número de ella y contestó a la segunda llamada. De fondo podía oír los balbuceos felices de Matías. En apenas una semana el pequeñajo se había ganado el camino hacia su corazón.


–¿Has llamado? –le preguntó a Paula.


–Sí. Lamento molestarte mientras trabajas, pero había algo que quería preguntarte. ¿Tienes un minuto?


–Claro.


–Se puede decir que necesito un favor, pero quiero dejarte bien claro que nada te obliga a hacérmelo. No se lo puedo pedir a Juana. Pensé que tal vez querrías hacerlo tú a cambio.


–¿Hacer qué?


–Cuidar de Matías el sábado por la noche. Me han invitado para una noche de chicas con Beatriz y algunas amigas.


–¿Te refieres a estar él y yo solos?


–Sí. Yo no me marcharé hasta las siete y media y él se acuesta a las ocho y media, de modo que estará dormido casi todo el tiempo.


El hecho de que le confiara a Matías lo dejó sin habla unos momentos.


–Si no quieres… –agregó ella.


–No es que no quiera. Es que… estoy un poco sorprendido de que me lo pidas, teniendo en cuenta mi amplio desconocimiento de los niños.


–Bueno, Matias te adora y tú ya conoces su rutina. Además, es fácil de llevar. No puedo imaginar que te dé algún problema. Y si decides formar parte permanente de su vida, no puedes estar de visita para siempre. Tendrás que acostumbrarte a estar a solas con él. A veces por la noche.


La idea lo fascinaba y al mismo tiempo lo aterraba. No eran cosas que hubiera tomado en consideración.


–Me gustaría hacerlo –dijo al final, y a pesar de todas sus dudas, era verdad.


–¡Estupendo! ¿Puedes pasar por mi casa a las siete y media? Eso me dará tiempo de mostrarte dónde está todo antes de que Beatriz pase a recogerme.


–Sí.


–No sé lo que haréis esta noche, pero Matías y yo íbamos a decorar el árbol a eso de las siete.


Con una cena programada con su equipo de trabajo para las seis y media era imposible que pudiera terminar antes de las ocho. De modo que tal vez solo lo viera diez minutos antes de que se fuera a acostar. Lo que significaba que iría a verla a ella, no a Matías, lo que no creía que fuera una buena idea después de lo sucedido la noche anterior.


–Hoy me es imposible ayudaros con el árbol, pero tal vez pueda pasarme mañana al mediodía.


–Claro. Sería estupendo. A propósito, ¿has recibido alguna carta de Leo y Beatriz ya?


Echó un vistazo al correo del día y vio un sobre con el remitente de Leo y Beatriz. Lo abrió, pero no se trataba de una tarjeta. Era una invitación para su fiesta anual de Fin de Año. Pedro iba cada año, salvo el anterior, y solo porque supuso que se toparía con Paula. Sabía que estaba embarazada, y la idea de verla preñada con el bebé de otro hombre…


De haber sabido que era su hijo, quizá hubiera actuado de otra manera.


–Doy por hecho que tú también has recibido una invitación –comentó.


–Sí. Me preguntaba si pensabas ir.


–No podemos eliminar nuestra vida social solo por el hecho de que nos vamos a encontrar el uno con el otro. No es justo para ninguno de los dos.


–Supongo que no. Entonces, ¿vas a ir?


–Sí, iré –aunque solo fuera para probar que eso que había entre ellos no tenía por qué ser nada del otro mundo.


–Entonces, yo también –confirmó ella.




1 comentario: