viernes, 18 de septiembre de 2020

EL DOCTOR ENAMORADO: CAPÍTULO 18

 

Con el rostro protegido del sol del mediodía por un sombrero vaquero, Pedro guiaba a su yegua por las laderas de las montañas. Al cabo de unos minutos, la urgió a trotar hasta un prado.


Durante aquel mes de mayo, estaba haciendo tal calor que los campos ya estaban cubiertos de flores. Pedro saboreó con deleite la rica fragancia de la vegetación, el canto de los pájaros y aquel calor denso y húmedo como el del verano, alegrándose de haber terminado las visitas de los sábados por la mañana.


La mayor parte de las familias que visitaba en las montañas estaban fuera, lejos de sus aisladas cabañas, probablemente refrescándose en alguna poza. Sólo había encontrado en ellas a ancianos y enfermos.


Mientras se acercaba a su casa, Pedro se preguntó si habría vuelto ya Gladys de la visita que había hecho en su lugar. Le había prometido llevarle un pan casero si se dejaba caer como por casualidad por casa de Laura y se aseguraba de que Paula Flowers estaba bien. Conociendo a Gladys, estaba seguro de que pronto habría conseguido entablar conversación con la joven.


A través de Laura, no había podido conseguir demasiada información sobre ella. Lo único que había averiguado era que Paula era prima de Ana Tompkins y tenía previsto pasar el verano en Sugar Falls, quizá también el otoño. Por algunas pistas que Ana le había dado, Laura deducía que Paula acababa de divorciarse.


Pedro esperaba que Laura estuviera equivocada, por el bien de Paula, claro. Una de las mujeres con las que había salido en Boston estaba recientemente divorciada y se pasaba todo el tiempo recordando las traiciones de su ex marido. Para enredar más la situación, cuando su ex marido regresaba a la ciudad lo dejaba dormir en su casa. La situación había llegado a complicarse de tal manera para Pedro que éste se había jurado no volver a acercarse jamás a una mujer divorciada. Y no porque aquella mujer le hubiera roto el corazón. La verdad era que jamás había estado suficientemente enamorado como para que alguien hubiera podido tener ese tipo de poder sobre él.


Sin embargo, tenía que admitir que últimamente su estabilidad emocional se había visto seriamente afectada. Pasaba demasiado tiempo intentando encontrar respuestas a preguntas sobre Paula Flowers.


Era obvio que aquella mujer estaba intentando esconder algo. Había escrito un número de teléfono falso en el formulario y la noche anterior, mientras le decía con la mirada y con su caricia que lo deseaba, le había pedido que se alejara de ella, porque no podía tener ningún tipo de relación con él.


¿Pero por qué?



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