miércoles, 19 de agosto de 2020

EL HÉROE REGRESA : CAPÍTULO 44





Pedro la besó otra vez dulcemente y la miró a la cara. Ahí estaba otra vez esa mirada cálida y de aprecio que le hacían sentir que era especial. Eso le hizo sentir algo extraño. Una mujer a la que un hombre mirara de esa manera frecuentemente, podía llegar a ser vanidosa.

Pero Paula tenía un espejo y sabía cómo era. Su apariencia había mejorado desde que se ponía ropa de su talla y trataba de ayudar a amigos y vecinos, pero eso no la hacía especial o mejor que nadie. Era difícil creer que si realmente era especial, buena y bella, no hubiera encontrado a nadie que la quisiera.

Pero era tentador. Y estúpido.

Siempre había deseado el amor incondicional, ese tipo de amor que nunca recibió de su padre y 
Pedro era el menos indicado para dárselo. Aunque… ¿Sería posible? Quizá los ex deportistas no eran todos iguales… quizá Pedro era diferente. A lo mejor el amor con él no era imposible.

—¡Pedro! —dijo una voz severa y ellos se separaron. El profesor Alfonso salió al jardín y miró a su nieto con desaprobación.

—¿Sí, abuelo?

—Quiero hablar contigo.

—Dios, soy adulto y me van a sermonear como a un joven delincuente. Me va a echar la charla sobre respetar a las mujeres y ser un caballero.

—Deberías intentar alegrarte porque recuerda la charla —bromeó Paula sonrojada.

—Me alegro, créeme —se dirigió hacia su abuelo—. ¡Ah! Paula, mantente lejos de la escalera. No quiero volver y tener que recoger tus pedazos.

Paula se sentó en los escalones del cobertizo sin saber si reír o morirse de vergüenza.

Pedro había anulado sus defensas en menos de un mes. Pedro, el mismo chico que le había roto el corazón cuando era niña. Pero él había cambiado y ella ya estaba medio enamorada de él aunque no sabía qué hacer. Sinceramente, no era mejor amante de lo que había sido a los quince años.




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