jueves, 11 de junio de 2020
MAS QUE AMIGOS: CAPITULO 49
Con manos ansiosas se quitaron la ropa, al tiempo que realizaban apreciaciones de sus respectivos cuerpos y se daban besos apasionados y codiciosos. Pero cayeron sobre la cama de Paula como una sola persona, y la urgencia de su deseo dio paso al placer sensual de la exploración lánguida y pausada.
Para Paula fue la experiencia más excitante y espiritual de su vida, y poder acariciar el cuerpo desnudo y musculoso de Pedro de pronto se convirtió en el placer más erótico que podía imaginar. Sentir los besos que le daba en las pantorrillas y los pies creó sensaciones emocional y físicamente tan estimulantes que flotó entre las lágrimas de gozo y la realización del clímax. ¿Cómo podía un hombre capaz de semejante ternura no creer en el amor?
—Tu piel es como satén líquido —jadeó él mientras con los labios abría un sendero por sus muslos y su ingle hasta llegar al estómago—. Quiero tocar... y probar cada milímetro... —detuvo el tormento de sus besos ardientes y húmedos para alzar la cabeza y mirarla a través de ojos nublados por el deseo—. Dime qué quieres... qué te gusta.
—Hasta ahora pareces leer cada uno de mis pensamientos antes incluso de que los tenga.
—Dímelo de todos modos —instó—. Quiero saber qué te gusta que te haga —sin quitarle la vista de la cara pasó la lengua por su ombligo mientras con los dedos jugueteaba con sus pezones.
—Todo... —musitó, retorciéndose por el calor que surgía en su interior al tiempo que contenía las palabras de amor que no se atrevía a pronunciar. Jamás habría un hombre que pudiera satisfacerla como Pedro, y ese conocimiento resultaba consolador y doloroso. Pero con su boca y manos la elevaba más y más hacia lo que imaginaba el cielo, y le era muy difícil mantener la declaración de amor en su cabeza.
De repente todos sus pensamientos frágiles quedaron desterrados y su cuerpo se dobló en éxtasis cuando sus dedos atravesaron los rizos íntimos y el pulgar comenzó una caricia interior.
Durante un indeterminado tiempo delicioso la felicidad hacia la que la empujaba fue todo lo que anheló... pero al instante dejó de serlo.
—¡Pedro! —exclamó—. ¡Detente! ¡Detente ahora!
La urgencia que notó en su voz le detuvo el corazón y la mano incluso antes de que ella le aferrara la muñeca. Sintió un nudo de pánico en la garganta y una contracción de miedo y remordimiento en las entrañas.
—Cariño, ¿qué pasa? ¿Te he hecho daño...?
Ella sacudió la cabeza con energía y lo subió hasta poder tomar posesión de su boca.
El fervor de sus besos breves y hambrientos eliminó cualquier ansiedad que pudiera haber creado la idea de que le había hecho daño; también lo enloqueció.
—Ah, Pau... Cielos, cariño, no me asustes de esa manera. Pensé que te había hecho daño o algo que no te gustaba.
—Pedro... Amo todo lo que me haces. Pero en esta ocasión quiero que llegues conmigo. En mí. Ahora.
La emotividad de sus palabras y la sensación de su mano cerrándose en torno a él lo empujaron al borde del abismo; de hecho, su último pensamiento semiconsciente, mientras Pau le colocaba con destreza un preservativo, fue cómo demonios podía ella mantener el sentido común en un momento como ese. Lo único que su mente o su cuerpo podían procesar era la devastadora necesidad de poseerla.
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Ayyyyyyyyyy, cuánto amor en estos caps. Muy buenos los 3 caps.
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