jueves, 9 de abril de 2020

TODO COMENZÓ CON UN BESO: CAPÍTULO 5




Paula


Una semana después…


Debería haber estado trabajando, no mirando la pantalla de mi computadora, el catálogo de la biblioteca desplegado en la hoja de Excel, todo parecía extraño porque mi mente estaba en una sola cosa.


Una persona.


Pedro.


Había pasado una semana desde que estuve en el bar, desde que me besó. Sin embargo, todavía sentía que estaba justo delante de él.


Levanté los dedos y toqué mis labios, incluso ahora todavía lo siento allí, saboreándolo en mi boca.


Cuando mis amigas me sacaron a rastras del bar, todo lo que había en mí quería que mis talones se hundieran en el suelo y se quedaran. 


Y la parte racional de mi cerebro me dijo que eso no era lógico. No nos conocíamos, había sido un beso de reto, y probablemente lo había hecho para ayudarme a salvar la cara frente a mis amigas.


Eso, ¿y qué tipo rechazó un beso al azar?
¿Quizás había sido uno de esos borrachos del bar que aceptaban cualquier cosa y todo lo que una mujer daba? Era totalmente posible.


Pero incluso pensando eso, sabía que no era el caso. No sabía nada de Pedro aparte de su nombre, pero sentí algo más. Esa sensación cuando lo vi por primera vez había sido tan profunda, tan intensa que incluso ahora todavía la sentía. Se derramaba por mis venas, por mi torrente sanguíneo, y cada día se hacía más fuerte.


Nunca me había sentido así antes, nunca había experimentado nada tan... consumidor.


Alguien se acercó al mostrador y me pidió un libro, y me obligaron a sacarme de la cabeza todo lo que Pedro contaba. Pero eso fue más fácil decirlo que hacerlo. Siendo realistas, sabía que las posibilidades de volver a verlo eran muy escasas. Y eso apestó.


No sabía su apellido, no sabía nada de él. Pero si lo hubiera hecho, sabía que probablemente le habría acechado.


Por lo que yo sabía, podría haber estado de paso, ni siquiera un residente de la ciudad. Y aunque nuestra ciudad no era exactamente pequeña y había mucha gente que no conocía, nunca lo había visto antes, ¿seguramente lo habría visto por ahí?


Ciertamente un hombre como él que me dio mariposas en el estómago con sólo una mirada, que me tenía el pulso acelerado, que me tenía deseando más en la vida, el destino me habría dado la dirección desde el principio, ¿verdad?


O tal vez todo estaba en mi cabeza y mi enamoramiento por él era fuerte.


Lo que sí sabía, de lo que estaba segura, era que tenía que sacarme a Pedro de la cabeza. 


Tenía que seguir con mi vida y olvidar lo que habíamos compartido.


Fue sólo un beso, después de todo.



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