jueves, 2 de abril de 2020

RECUERDAME: CAPITULO 24





¿QUÉ RECUERDAS?


—Besándote así, bajo las estrellas...


—No es nada inusual —en contraste con su emoción, la respuesta de Pedro era decididamente poco emotiva—. Es lo que hacen las parejas.


Salvo que, en su caso, había ocurrido sólo una vez, la noche que la sedujo. Y considerando lo que pasó después, Pedro preferiría que Paula no lo recordase todo de repente. No habría una segunda oportunidad para ellos si recordaba precisamente la humillación que sintió después de entregarle su virginidad. Y, en su opinión, lo mejor sería empezar de cero.


Estaba cansado de luchar contra sus sentimientos por ella y de vivir como un monje. Entre otras consideraciones, ir por ahí con una erección permanente era humillante, como había descubierto durante sus reuniones en Milán, cuando sus pensamientos volvían repetidamente a la noche del balancín...


Y Paula no estaba ayudándolo en absoluto porque cada día le parecía más deseable. 


Comer bien le había devuelto el color a su cara y empezaba a recuperar sus curvas. Si a eso se añadía su impecable estilo, tendría que estar muerto para no desearla.


Echaba de menos a la mujer a la que había empezado a amar y no sólo por el sexo o la falta de él. Echaba de menos su compañía, su inteligencia y su ingenio.


Echaba de menos sus miradas de complicidad en medio de una fiesta, pero se había visto obligado a mantener las distancias hasta ese momento porque no confiaba en sí mismo.


Además, Paula no había visto a su hijo en casi nueve semanas...


Cuanto más durase la separación, más difícil sería para todos el reencuentro. Se estaba perdiendo una parte de la vida de Sebastian, cosas que no se repetirían nunca. El niño tenía tres dientes ahora, casi se sentaba solo en la cuna y estaba empezando a gatear. Reía, encantado, con su prima Cristina y empezaba a estar tan unido a su tía que había llorado la última vez, cuando Pedro intentó tomarlo en brazos.


Apartarlo de las personas que estaban convirtiéndose en su familia iba a ser muy difícil para todos. Además, el niño debería estar en los brazos de su madre, durmiendo en su propia cuna.


Pedro empezaba a sentirse como una visita cada vez que iba a casa de su hermana para ver a Sebastian y le dolía estar en esa posición. Ningún hombre tendría que esconderse para ver a su hijo.


Pero las advertencias de Peruzzi habían sido muy serias: nadie sabía cuál sería la reacción de Paula cuando recuperase la memoria y él no quería hacerle daño por nada del mundo.


Que Yves Gauthier hubiera sido su amigo o su amante no era lo importante ahora. Lo importante era que Paula había borrado de su mente a Sebastian.


Como marido, estaba cansado de tantas medias verdades. Si dependiera de él se lo contaría todo y empezaría a partir de ahí. Pero, según Peruzzi, ése era un riesgo que no debía correr.
—Si estás decidida a inmortalizar una noche en concreto, ¿por qué no esta misma noche?


Tienes razón —dijo ella, volviendo a la mesa—. Cuéntame algo más sobre ese viaje a Túnez. ¿Dónde vamos exactamente?


A la capital, Túnez. Es una ciudad interesante y creo que te gustará.


¿Qué tipo de ropa debería llevar?


Para la noche, un vestido bonito. Durante el día algo de algodón, un par de sombreros de ala ancha para protegerte del sol, sandalias planas y crema solar. Pero que sea ropa discreta, no quiero que los hombres te miren demasiado —
sonrió Pedro.


—¿No me digas que eres celoso?


Tal vez tenga razones para serlo —contestó él, con una inesperada nota de amargura.



¿Qué?


Pedro se maldijo a sí mismo por no tener más cuidado. Aquélla no era la mejor manera de empezar de nuevo.


Es el precio que tiene que pagar un marido por casarse con una mujer tan guapa.


—Bueno, pues deja que le asegure a este marido en particular que no debe preocuparse. Yo sólo tengo ojos para ti.


Él la tomó por la cintura.


—¿Tienes mucha hambre?


—No —contestó Paula, mirando su plato de linguini con almejas, gambas y mejillones—. No mucha, la verdad.


—Entonces, ¿qué te parece si seguimos con esta conversación en un sitio más privado?


Creo que es la mejor idea que has tenido en mucho tiempo.




No hay comentarios.:

Publicar un comentario