domingo, 23 de febrero de 2020

LUZ, CAMARA Y... BESO: CAPITULO 18





Quedaban menos de diez minutos para la hora de la verdad. El primer capítulo del programa de la nueva temporada se iba a transmitir a toda Australia a las siete y media de la tarde. Paula se conformaba con estar razonablemente bien y convincente. Su credibilidad profesional y la creatividad de sus diseños era para ella lo más importante.


Pedro entró en el concurrido bar de la planta baja de AusOne. A juzgar por su vestimenta, había ido directamente desde su despacho. 


Echó un rápido vistazo a la sala, y localizó de inmediato a Paula. Fue todo uno, verla y apartar de ella su mirada.


Se resistía en su fuero interno a admitir que había entrado allí con la intención de verla.


—¿Nerviosa? —le preguntó Carla, resplandeciente con una falda azul.


—Me siento rara, lo único que me preocupa es cómo resultarán mis diseños en televisión.


—Fabulosos, Paula, tanto tus diseños como tú —le dijo Carla, dándole un pequeño apretón de ánimo.


—Odio esta parte —dijo la voz de Brian, entrando exultante en la cabina—. Si nos van a mandar al infierno, me gustaría bajar a él escoltado por dos mujeres hermosas.


Carla soltó una carcajada y se acercó complacida a la izquierda de Brian.


—Bonito traje —le dijo Carla, tomando un sorbo de su bebida, con gesto inocente.


—Impecable, sin una mancha, como podrás observar.


Sus habituales bromas contribuían a relajar la tensión en aquellos momentos tan cruciales. Paula miró el reloj. Quedaban dos minutos. Pedro se acercó a la gran pantalla de televisión y pidió silencio.


—En sesenta segundos la segunda temporada de Urban Nature entrará en todos los hogares de la nación —anunció él—. Todas las encuestas de audiencia han sido favorables, algunas incluso muy favorables, pero todos hemos asistido ya a casos parecidos que luego han resultado ser un fracaso.


Paula volvió a tragar saliva. Pedro parecía tan tranquilo, tan seguro de sí mismo… Pero ella sabía que debía de llevar la procesión por dentro, y su corazón le pidió acercarse a él.


—Pero éste no será uno de ellos. Hemos sacado adelante un gran programa juntos —continuó diciendo Pedro, levantando en alto su cerveza a modo de brindis—. Por todos vosotros, que habéis trabajado con entusiasmo, y por lo que espero se convierta en el nuevo gran éxito de AusOne. ¡Por Urban Nature!


Los asistentes se hicieron eco del brindis. Paula levantó la vista y se cruzó con la mirada de Pedro, mientras él alzaba su botella de cerveza especial en un mudo reconocimiento y luego se la llevaba a los labios mientras las luces comenzaban a apagarse.




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