miércoles, 29 de enero de 2020

ADVERSARIO: CAPITULO 33





Diez minutos después, cuando apareció Paula le dijo:
—Horrible, ¿verdad? Debe haber sido el olor del café. Recuerdo cómo me afectaba cuando estaba embarazada... —se detuvo al ver que Paula palidecía más—. ¿Todavía te sientes mal?


Paula negó con la cabeza. El mareo había desaparecido. Sólo sentía la cabeza un poco ligera, como si flotara sobre el suelo, con el cuerpo hueco, vacío. No, no era una nueva sensación de náusea lo que la hizo palidecer, sino la referencia de Laura a un embarazo.


—¿Te importaría que fuéramos directo a casa? —dijo tensa.


—No, en lo absoluto —le aseguró Laura—. Pero, recuerda lo que te dije. Necesitas relajarte y descansar... no abrumarte con trabajo.  Aunque, no sé por qué te lo digo si eres la mejor programadora que tenemos trabajando para nosotros.


Escuchándola a medias, Paula tomó su bolso y se dirigió a la puerta.


El auto no estaba demasiado lejos, pero al llegar a él, descubrió que estaba bañada en sudor, el cuerpo le temblaba por dentro y por fuera.


Embarazada... no podía ser, ¿o sí? No después de sólo una noche... No...




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