sábado, 21 de diciembre de 2019
OSCURA SEDUCCIÓN: CAPITULO 33
Comprobó la hora en su reloj. Eran las dos.
Rosario estaría despertándose de su siesta. Inspiró hondo.
–Es tarde. Tengo que irme.
–Nuestro vuelo transoceánico no sale hasta dentro de dos horas –señaló Pedro.
–No –replicó ella incorporándose–. Lo siento. Esta tarde es todo lo que podemos tener. No puedo viajar contigo. No puedo arriesgar...
«No puedo arriesgar que a mi hija se le parta el corazón por un padre que no la quiere. No puedo arriesgarme a que me odies si te enteras de lo que te he ocultado».
Él la miró fijamente.
–Paula, no me hagas esto.
Ella cerró los ojos y reunió toda su fuerza de voluntad.
–Dijiste que si me acostaba contigo motu propio me dejarías marchar.
Él la sujetó por la muñeca.
–Espera. Si no quieres ser mi amante... sé mi esposa.
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