martes, 15 de octubre de 2019

LOS SECRETOS DE UNA MUJER: CAPITULO 51




Volvieron al hotel sobre las ocho. Margo y su padre llegaron al mismo tiempo. Habían estado dando un paseo por la playa. Estaba previsto que todos se reunieran para cenar a las ocho y media.


—Creo que voy a subir y darme una ducha antes de la cena —le dijo Paula.


—Yo iré a devolver el todoterreno.


—Muy bien. Bueno, gracias por este día. Pedro, ha sido fantástico.


—De nada. Te veo luego.


Paula entró con Margo y su padre. El profesor no dejaba de hablar de las veneras que habían encontrado ese día durante sus paseos por la isla.


Miró a Margo, parecía algo triste. Se preguntó si estaría pensando en Hernan.


Dejaron al profesor en su habitación y fueron las dos hasta las suyas.


—¿Que tal tu día? —le preguntó Margo.


—Bastante inusual.


—¿Y eso?


—Ya te contaré luego —le dijo ella.


Lo cierto era que no estaba preparada para hablar del tema. Estaba aún muy confundida.


—Muy bien.


—¿Y con Hernan? ¿Qué tal?


—Estuvimos comiendo en la playa —le contó ella apartando la mirada—. Las hermanas Granger me han dicho que lo vieron salir hace un rato. Había quedado con una amiga.


—¿En serio?


—Sí, una tal Peyton. Los vi en el vestíbulo hace un rato. Me dio la impresión de que han debido de ser más que amigos —comentó Margo algo desilusionada—. No pasa nada. La verdad es que Hernan y yo somos muy diferentes. No tenemos nada en común. Nada… Él es rico y mujeriego. Y yo… Yo soy aburrida. Mi padre se ha pasado toda la tarde intentando convencerme de que ese hombre no me conviene en absoluto.


—Para empezar, Hernan debería considerarse afortunado por haber conocido a alguien como tú. Por otro lado, a tu padre no le va a gustar ningún hombre para ti. No puede ser objetivo.


—Lo sé. Pero el tipo de vida que lleva Hernan… Yo no soy así.


Paula sabía que tenía razón. Él no ocultaba su superficial modo de vida.


—Bueno, a lo mejor ha llegado la hora de que cambie de vida —le dijo.



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