jueves, 12 de septiembre de 2019

CENICIENTA: CAPITULO 20





Paula empezó a cojear. El destino había intervenido de nuevo, aunque Paula había tardado unos minutos en darse cuenta de ello.


Cuando Pedro vio que estaba sentada en el banco, empezó a recoger sus cosas, colgarse las dos bolsas sobre el hombro y ofrecerle la mano a Paula.


Paula se concentró en recordar con qué pie tenía que cojear.


—Voy a decirle mi opinión al director del hotel sobre el estado de las pistas de tenis —juró Pedro.


Paula guardó silencio. Ella se había caído. 


Aunque no se había hecho daño, otro podría haberse herido.


—Últimamente ha estado lloviendo. A lo mejor no saben que ha aparecido una grieta.


—Tienen suerte de que seas tú la que te has caído —le dijo Pedro, apretándole el hombro—. Cualquier otro se habría puesto inmediatamente al habla con su abogado.


—Los accidentes son inevitables —dijo Paula.


—Ojalá toda la gente opinara lo mismo —contestó Pedro.


Cuando estuvieron dentro del vestíbulo del hotel, el recepcionista salió corriendo de detrás de su mostrador. Cuando vio a Pedro, el hombre empezó a balbucear:
—¿Puedo ayudarles en algo?


—La señorita Chaves se ha caído por culpa de una grieta que había en la pista de tenis —contestó Pedro muy enfadado, dejando claro que el hotel era responsable de aquel accidente—. ¿Está el médico del hotel?


—Oh, Pedro, por favor —Paula se sintió desbordada, por el rumbo que estaban tomando los acontecimientos.


—Paula, deja que yo me ocupe de esto —le dijo él.


Y ella así hizo.


Con la ayuda de Pedro, logró llegar cojeando hasta una de los despachos del hotel. Por fortuna, el médico del hotel se había ido, ante lo cual Pedro hizo algunos comentarios de reprobación.


De pronto se agachó y le quitó el calcetín.


—Se te está empezando a poner rojo el tobillo. ¿Dónde está ese hielo? —gritó al conserje—. Espera un poco, que voy a ver lo que pasa con él.


Nada más salir Pedro por la puerta, Paula se miró el pie. No le dolía, pero a lo mejor era verdad que se había hecho daño. Se quitó la zapatilla y se quitó el calcetín, revelando un pie con un tono verdoso.


El calcetín. Había desteñido el calcetín. Se volvió a colocar la zapatilla. Tendría que haber lavado los calcetines antes de ponérselos.


—Aquí estoy —dijo Pedro, cuando apareció de nuevo, con una toalla llena de hielo—. Le pedí esto al camarero, mientras el conserje ha ido a buscar el botiquín de primeros auxilios. ¿Qué tal? ¿Te duele?


—No siento nada—le respondió Paula, con sinceridad.


—Te empezará a doler más tarde. Sé lo que digo —se levantó, acercó una silla de una secretaria y se sentó en ella.


—¿Te has lesionado muchas veces? —preguntó Paula, intentando que se olvidara de su pie.


Pedro estiró sus piernas y apuntó a una raja con pequeñas cicatrices de los puntos de sutura, a lo largo de ella.


—Ésa fue la peor. Cuando estaba en el colegio, tuve una rotura de tendones y me tuvieron que intervenir —le dijo sonriendo—. A lo mejor me salvó de cometer una estupidez, como hacerme profesional, por ejemplo.


—¿Y cómo reaccionaste?


—Bien —le respondió, mirando para atrás, cuando escuchó que alguien se acercaba.


El conserje le entregó unas cuantas cajas a Pedro.


—Esto es todo lo que he podido conseguir —explicó—. Espero que sea suficiente.


—Está bien —respondió Pedro, al tiempo que abría una caja. Con un gesto, le indicó a Paula que apoyara su pierna en las suyas—. No soy médico, pero sé cómo poner una venda.


El conserje recogió las vendas que sobraron y se fue.


—Yo creo que estás armando demasiado alboroto por nada —le dijo a Pedro, mientras él le quitaba el zapato. Aunque él ni siquiera le miró el pie, Paula lo estiró hacia delante, para que él no se lo viera.


—Sí y no —le dijo—. Seguro que mañana no está esa grieta en la pista —a los pocos segundos, Paula tenía una venda en su tobillo—. Intenta ponerte de pie.


Paula obedeció.


—No me duele —como si alguna vez le hubiera dolido.


—Por suerte no se te ha hinchado mucho—dijo Pedro, recogiendo el hielo—. ¿Te apetece ir a cenar? Si no recuerdo mal, íbamos a discutir lo de Bread Basket esta noche.


—Me parece una idea maravillosa —contestó Paula.



1 comentario:

  1. Muy buenos los 3 caps. Para mi se va a armar cuando se destapen todas las mentiras.

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