martes, 16 de julio de 2019

INTENTO DE MATRIMONIO: CAPITULO 4




Mariano aparcó su deportivo negro y apagó el motor. No estaba de humor para aguantar las quejas de Paula acerca de que quería estudiar en la universidad. Ella no necesitaba trabajar.


Había heredado dinero suficiente para que pudieran nadar en el lujo durante el resto de su vida, incluso aunque él no ganara un solo céntimo más. Además, en cuanto una mujer empezaba a trabajar fuera de casa... las cosas empezaban a estropearse.


Aun así, en muchos aspectos seguía siendo la mujer perfecta. De familia aristocrática, bien provista de todo tipo de influencias políticas, Paula era hermosa, con aquella sedosa melena de color castaño que le caía en ondas sobre sus finos hombros. Con aquellos expresivos ojos pardos, tan vivaces cuando hablaba, y que brillaban con un destello de diamante cuando hacían el amor. Una figura perfecta y una piel exquisitamente suave. Si hubiera que encontrarle algún defecto físico, habrían sido únicamente sus senos, algo pequeños para los gustos de Mariano. En cualquier caso, era una mujer magnífica, esplendorosa.


Una sonrisa asomó a sus labios cuando se abrieron las puertas del ascensor. Porque lo mejor de todo era que era la hija de Gerardo. De alguna manera, el poder de aquel viejo senador había pasado a sus manos. Todo lo cual hacía que su matrimonio… hubiera valido la pena.




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