domingo, 14 de abril de 2019

UN ASUNTO ESCANDALOSO: CAPITULO 17




Los tres cenaron juntos en un restaurante situado entre palmeras tropicales. Pedro brindó por ella cuando se enteró de que tenía un trabajo nuevo y comentó que eso terminaría de situarla en el mundo del diseño de joyas.


Luego, se volvió hacia Mateo.


—Pensaba haber encontrado el rastro del quinto diamante, pero ha sido una falsa alarma. Lo siento. Te mantendré informado.


Mateo pareció decepcionado, pero levantó su copa.


—Te lo agradezco, Pedro. Alguien tiene que saber algo. Y Paula, estoy deseando trabajar contigo, con un poco de suerte, con las cinco piedras.


Fue uno de los mejores días que recordaba Paula. A su madre le encantaría saber que Mateo se había puesto en contacto con ella y le había dado la oportunidad de reescribir la historia del Corazón del interior de Australia. Si Pedro encontrase el quinto diamante… sería el final perfecto para un día perfecto.


Hasta que, al volver del baño, los sorprendió hablando de negocios. No había pretendido espiarlos, pero se equivocó de palmera y llegó desde una dirección diferente. Vio que Mateo se había sentado en su sitio y estaba hablando muy serio con Pedro. Algo hizo que se detuviese detrás del siguiente tronco cuando oyó mencionar el apellido Blackstone.


—Ya he hablado con tres de los pequeños accionistas —dijo Mateo—. Si tú nos respaldases…


—Si vas en serio, necesitas a Rafael Vanee de tu parte, no a mí. Yo sólo tengo un puñado de acciones.


—Voy a ver a Rafael a la semana que viene, pero, escucha, están en terrenos pantanosos. El imperio Blackstone está derrumbándose sin Horacio. Perrini y Ramiro discuten mucho y Kim se pasa el día intentando calmarlos. Sólo quiero seguir presionándolos.


Paula palideció y tuvo la desagradable sensación de que su primo no estaba jugando limpio.


Esperó a ver qué respondía su amante.


—A mí no me interesan las peleas de perros, Mateo. Las pocas acciones que tengo están funcionando bien.


Paula se relajó un poco y se asomó por detrás del tronco.


Vio a Mateo echándose hacia atrás y poniéndose ambas manos detrás de la cabeza.


—Pensé que no querrías perder la oportunidad de darle una patada a un Blackstone, dada tu experiencia.


Pedro frunció el ceño.


—Yo tenía problemas con Horacio, no con Blackstone Diamonds.


—¿No será que estás mezclando los negocios con el placer? —comentó Mateo de manera despreocupada.


Paula vio que a Pedro le brillaban los ojos.


—No metas a Paula en esto, ¿de acuerdo?


A pesar de la fuerza con que le latía el corazón, Paula oyó que Mateo se disculpaba.


—Entonces, si consigo poner a Vanee de mi parte, ¿podremos contar contigo?


—Si Rafael me dice que venda, venderé.


Paula se quedó un par de segundos más detrás de la palmera, intentando serenarse. El hecho de que Pedro no hubiese negado que tenía algo con ella hizo que se sintiera extrañamente optimista. Pero la decepcionó que Mateo no estuviese preparado para que ambas familias se reconciliasen. ¿Acaso llegaría a estarlo algún día?


También se sintió culpable por estar confraternizando con el enemigo. Tal vez, con dos enemigos.




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