domingo, 4 de noviembre de 2018
LA TRAMPA: CAPITULO 1
Paula tenía la garganta seca. Tomó un sorbo de zumo de naranja e intentó armarse de valor. Lo mejor que podía hacer era soltarlo de sopetón.
—Mamá, tenemos que suspender la boda.
Leonardo Chaves dejó caer la taza de golpe en el platillo y limpió torpemente el líquido derramado. Alicia Chaves miró fijamente a su hija.
—¿Qué? ¿Estás loca? No se puede cancelar una boda dos días antes.
—No puedo casarme con Benjamin.
—¡Vaya por Dios! ¿Habéis tenido una pelea? —Preguntó Alicia con alivio en la voz—. Cariño, no te preocupes. Ha sido todo muy precipitado y agotador y los dos estáis muy tensos. Los nervios de antes de la boda. Eso es todo.
—No nos hemos peleado. Mamá, escucha, yo no…
—No, no pienso escuchar una sola palabra. ¿Quieres convertirnos en el hazmerreír de toda la ciudad?
Paula tragó saliva. A su madre no le gustaba que le estropearan los planes. Pensó en el vestido de novia que colgaba en su armario, en los regalos que seguían llegando, en todas las preparaciones.
—Lo siento —dijo entrecortadamente—. No… no puedo. No quiero a Benjamin.
—Pues entonces lo has disimulado muy bien estos últimos dos meses. ¿No te parece, Leonardo? —dijo Alicia, entrecerrando los ojos.
Leonardo dudó antes de responder, y carraspeó.
—Pensaba… bueno, parecía que habíais encajado perfectamente desde el principio.
—Ya lo sé —Paula se pasó la lengua por los labios. ¿Cómo podía explicarlo? Era como si hubiera estado en las nubes desde que su padrastro le presentó a Benjamin Cruz.
«Sé agradable con él», le había dicho, «está pensando en invertir en el negocio».
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