martes, 3 de julio de 2018

LA TENTACION: CAPITULO 27




Paula se dio una ducha y, ya vestida, se dirigió a la cocina. Pedro estaba desayunando café y cereales. Llevaba puesto el uniforme, lo que significaba que tarde o temprano se iría a trabajar. Aunque a Paula le encantaba mirarlo, prefería que fuera temprano; necesitaba llamar a Claudio desde la tranquilidad de Dollhouse Cottage antes de ir a Village Grounds a relevar a Lisa.


—¿Te importa si me sirvo uno? —preguntó Paula, señalando la cafetera.


—Lo que quieras —mientras ella sacaba una taza de un armario, él preguntó—: ¿Has dormido bien?


—Bien —contestó Paula.


—¿Sabías que hablas en sueños?


Paula derramó un poco de café sobre la encimera.


—Eso me han dicho —se puso a limpiar el líquido—. Normalmente, sólo son tonterías.


O, por lo menos, eso esperaba. Pedro no hizo ningún comentario. Aunque ella estaba deseando preguntarle qué había dicho, no supo cómo sacarle más información.


—Espero no haberte mantenido despierto.


—No por mucho tiempo.


—Bien —dijo ella, aunque se sentía totalmente tensa. Sintió algo de alivio al ver que Pedro se estaba terminando el cuenco de cereales, lo que significaba que pronto se iría.


—¿Sólo vas a desayunar café? —preguntó él.


—No suelo desayunar.


—Esa es una mala costumbre. Ya sabes que el desayuno es la comida más importante del día.


Ella intentó ocultar su frustración al ver que Pedro alcanzaba el paquete de cereales para rellenarse el cuenco.


—¿Estás segura de que no quieres un poco? —preguntó Pedro.


—Gracias, pero no —definitivamente, estaba jugando con ella. Paula se levantó, tiró el café en el fregadero y metió la taza en el lavavajillas—. Tengo que irme a trabajar.


Entre bocado y bocado, Pedro dijo:
—Esta noche tengo clase. ¿Crees que podrás mantenerte entretenida?


—Ya se me ocurrirá algo.


Paula estaba en el salón, preparándose para. irse, cuando podría haber jurado que oyó que Pedro murmuraba «apuesto a que sí». 


Echando una mirada por encima del hombro, Paula sacó del maletín el informe de la cuenta de fideicomisos y lo metió en el bolso.


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