martes, 27 de marzo de 2018

POR UNA SEMANA: CAPITULO 17





Siempre se comportaba como una tonta cuando los demás estaban en apuros, pensó Paula. Y de Pedro sentía verdadera lástima. En realidad no necesitaba su ayuda, sólo quería utilizarla. Pero si con ello conseguía demostrarle a Pedro que era importante que hiciera las paces con su padre, ¿no abandonaría Bedley Hills para comenzar una vida más satisfactoria?, se preguntó.


Paula se cruzó de brazos y trató de ignorar el escalofrío que recorría toda su piel con el contacto. ¿Y no se acordaría de ella durante mucho tiempo si lo ayudaba?, volvió a inquirir en silencio.


—No quiero decir que sí —dijo al fin.


—Yo tampoco deseaba pedírtelo en realidad.


—Deberíamos de decidir claramente qué es lo que queremos.


—Por supuesto —confirmó Pedro. Aquél, precisamente, era el punto que deseaba aclarar—. Antes estaba bromeando, ¿sabes? Te pagaré si quieres, lo mismo que les ofrecí a las demás.


—Yo no soy como las demás.


—Eso ya lo sabía —observó Pedro.


—No quiero tu dinero, pero después de visitar a tu padre me dirás quién es el vándalo.


—¿Sin seducción?


—¡Vuelve a la realidad! —exclamó ella soltando una ligera risa que podía interpretarse de muchos modos diferentes.


Pedro se sintió desilusionado, pero no sorprendido. Paula era lo suficientemente inteligente como para mantener su corazón al margen de todo aquel embrollo, pensó. Tanto como él. Eso suponiendo que él tuviera corazón, recapacitó. 


Aunque después de pedirle a Paula que le hiciera ese favor comenzaba a dudar.




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