viernes, 19 de enero de 2018
LA AMANTE DE LOS VIERNES: CAPITULO 27
Pedro llamó al timbre de la mansión de los Chaves con aire decidido. Entrar en la guarida del león el día después del veredicto no era demasiado sensato, pero no había encontrado a Paula en su apartamento.
El ama de llaves le abrió la puerta justo cuando Eleonora llegaba a la entrada en su silla de ruedas.
—Gracias, Helen —dijo ésta sin dejar de mirar a Pedro. Parecía cansada, como si no hubiese pegado ojo en toda la noche.
—¿Está aquí? —le preguntó él, preparado para la batalla.
—Está arriba. Pedro…
Él dudó, aliviado. Si estaba allí, su madre debía de estar al corriente del embarazo.
—¿Y Saul? Tengo que hablar con él.
—Se ha marchado temprano a trabajar, ahora que ha terminado el juicio.
Pedro asintió y miró hacia las escaleras.
—¿En qué habitación está?
—En la segunda de la derecha. Pedro…
Él se detuvo, estaba impaciente.
Eleonora suspiró, su rostro estaba cubierto de tristeza.
—Está… muy frágil en estos momentos. Sé indulgente con ella.
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