lunes, 14 de agosto de 2017

UNA CANCION: CAPITULO FINAL





Cuando, una hora después, volvieron a la casa de la montaña y acostaron a Joaquin en el cuarto de invitados, Pedro le pasó a Paula el brazo por la cintura.


—Creo que a Joaquin le gusta estar aquí.


—Sí —replicó ella—. Y está muy feliz de que vayamos a casarnos.


—Yo también —dijo Pedro con una sonrisa—. Quiero ser un verdadero padre para él.


—Lo serás —afirmó ella, acariciándole la mejilla.


Pedro sintió una oleada de deseo, pero pensó que tenía mucho tiempo por delante para demostrarle su amor.


—¿Qué te dijo Olga cuando hablaste con ella?


—Me dijo que estaba deseando conocerte y me dio las gracias por haberles invitado a comer mañana con nosotros. Estaba muy emocionada. Ha sido un gran apoyo para mí en estos últimos días de dudas y angustias, después de lo que pasó en el restaurante. Me aconsejó que esperase una semana hasta ver si me llamabas y que si no, fuera a disculparme contigo por mi comportamiento y te dijera lo que mucho que te amo.


Pedro le dio un beso en la frente y se dirigió con ella de la mano al cuarto de estar.


Se acercó a una ventana y miró a través de las rendijas de la persiana.


—No sé si mi equipo de seguridad será capaz de controlar esta situación. He colocado a un grupo en la desviación de la carretera para que nadie pueda acceder a esta casa por el sendero, pero los paparazzi son muy audaces y pueden apostarse en cualquier recodo de la montaña y utilizar los potentes objetivos de sus cámaras para grabarnos sin que nos enteremos. Estoy preocupado por Joaquin y por ti. ¿Estás segura de que podrás soportar todo esto?


Paula le miró fijamente a los ojos. En su mirada no había ninguna sombra de duda.


—Te amo, Pedro. No debes temer nada. Thunder Canyon es una ciudad muy acogedora y sus habitantes te apoyarán en todo. Ya te lo han demostrado esta noche.


—Sí, tienes razón. Estoy pensando en vender mi casa de Utah y comprar esta. Thunder Canyon podría ser un buen lugar para pasar la mayor parte del año.


—¿Volverás a hacer giras después del juicio?


—No lo sé. No sé bien aún lo que voy a hacer con mi carrera. Lo que sí sé es que pienso escribir canciones para Joaquin y para ti. ¿Crees que a Joaquin le gustaría estar en
Nashville? Es allí donde tengo mi estudio de trabajo.


—Creo que a él le gustará estar en cualquier sitio donde estemos tú y yo.


Pedro no pudo reprimir su emoción un segundo más y la estrechó con pasión entre sus brazos.


—¿Qué te parece si nos casamos el día de San Valentín? El juicio habrá terminado ya para entonces.


Ella se echó a reír y le miró con esos ojos que él tanto amaba.


—Creo que el día de San Valentín sería un día perfecto.


Cuando los dos se fueron al dormitorio, Pedro pensó que le quedaban muchas canciones por componer, con Paula y Joaquin como fuentes de inspiración.



Fin





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