viernes, 9 de junio de 2017

LA BUSQUEDA DEL MILLONARIO: CAPITULO 21





Iba a perderla.


Pedro lo comprendió cuando los primeros rayos del amanecer invadieron el dormitorio de Paula. Estaba completamente seguro de que ella iba a abandonarlo. El pánico se apoderó de él. Tenía que hacer algo, lo que fuera, para hacer que se quedara a su lado. Desgraciadamente, las dos palabras necesarias para hacerla suya para siempre eran las únicas que su conciencia no le permitía pronunciar.


¡Qué ironía! Siempre había pensado que poseía todo lo que una mujer pudiera desear. Desgraciadamente, Paula no se parecía en nada a la mayoría de las mujeres.


Tenía que hacer algo. Encontrar el modo de convencerla para que se quedara.



****


No podía quedarse.


Cuando Paula se despertó entre los brazos de Pedro, no lo dudó ni un segundo. Tenía que hacerlo. Habría hecho lo que fuera para no tener que marcharse, pero, desgraciadamente, las dos únicas palabras que se interponían entre ellos creaban un abismo que jamás podrían superar.


¿Por qué no podía sentirse satisfecha con lo que él podía ofrecerle? Amaba aunque no lo creyera. Paula lo veía cada vez que miraba a su hija, pero, ¿la amaba a ella? Cerró los ojos y se enfrentó a la dolorosa verdad. Sin aquellas palabras, el resto carecía de significado. Paula sería capaz de cambiar todo lo demás solo por el hecho de que Pedro la amara.


A cada minuto que pasaba, la luz iba eclipsando la oscuridad. Entonces, de repente, él se levantó de la cama y se marchó.


Ya no quedaba duda alguna. Iba a tener que marcharse, aunque hubiera deseado de todo corazón quedarse.





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