domingo, 9 de abril de 2017

DESCUBRIENDO: CAPITULO 34




«Sólo un par de pasos más».


Paula miró el avión y sólo pudo pensar en su llegada a Savannah. Aquello había sido el principio.


Miró a Pedro de nuevo. No se había movido de donde estaba. Y era evidente que estaba sufriendo. Y mucho.


Pensó que se había centrado en su carrera durante mucho tiempo, y que si en esos momentos estaba dándole la espalda a Pedro, era por eso.


Pedro quería formar una familia con ella y sus gemelos. La amaba. Y quería a sus hijos también. Y ella iba a hacer lo mismo que había hecho la madre de Alessandro y Angelo con su tío Luca, lo mismo que su madre con su padre.


¿Cómo podía hacer algo así? ¿Cómo podía hacérselo a sí misma? ¿A sus hijos? Y, sobre todo, ¿cómo podía hacérselo a Pedro?


Empezó a rompérsele el corazón y se dio la vuelta.


Echó a correr.


Pedro vio a Paula corriendo.


Tenía lágrimas en las mejillas, pero estaba sonriendo. 


Riendo.


Soltó las maletas y corrió hacia ella también.


—No puedo hacerlo —dijo Paula—. Te quiero.


—Claro que sí.


—Pensé que podía marcharme, pero no puedo. Si me marcho, ambos seremos infelices para el resto de nuestras vidas.


—Mi amor.


—No es porque quiera que me ayudes con los niños, Pedro. Se trata de ti, de lo que siento por ti.


Él la besó en la nariz, en los párpados.


—Podemos hacer que funcione. Yo puedo dejar la política.


—No lo hagas por mí, senadora. Hazlo sólo si de verdad quieres hacerlo.


—Quiero dejarlo. Te quiero a ti, Pedro. Quiero que formemos una familia. Te prometo que te haré feliz.


—Ya me has hecho feliz. Sólo hay una cosa que podría hacerme todavía más feliz.


—Haré lo que haga falta. Te quiero. ¿Qué es?


—Cásate conmigo.


Ella lo miró a los ojos.


—La respuesta es sí. Mil veces sí. Y te prometo que vamos a tener el matrimonio más feliz del mundo.





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