viernes, 24 de marzo de 2017

PROBLEMAS: EPILOGO





Embarazada de seis meses, una radiante Paula Chaves sostenía la Biblia en la que su marido apoyaba la mano mientras hacía el juramento como nuevo gobernador de Tennessee. Era un momento maravilloso que perduraría para siempre en el corazón de Paula. juntos, ella y Pedro habían trabajado duro para conseguir su sueño.


Cuando la ceremonia terminó, Pedro estrechó a Paula entre sus brazos, besándola sin ningún reparo ante Octavio y su familia, sus amigos y conocidos y, a través de la televisión, ante todo el estado de Tennessee.


-Bienvenida a Nashville, señora Alfonso -dijo Pedro junto al oído de Paula-. ¿Pensabas que lo lograríamos?


-Nunca he dudado ni por un momento que llegarías a gobernador. Era tu destino.


-Todo esto habría carecido de sentido sin tenerte a mi lado -Pedro bajó las escaleras de la tribuna junto a Paula entre una nube de fotógrafos y periodistas.


-No sabes cuánto me alegro de que tuvieras el suficiente sentido común como para casarte con Paula -dijo Octavio junto al oído de Pedro mientras él y su familia acompañaban al nuevo gobernador y a su esposa hasta la limusina-. Ahora ya no tendré que preocuparme porque te vuelvas un político desalmado.


-Mientras ella esté a mi lado yo tampoco volveré a preocuparme por eso -dijo Pedro-. Y no creerías todo lo que espera que logre durante mi primer año de gobernador.


-Estoy seguro de que lograrás hacer todo lo que espera de ti.


-Desde luego pienso intentarlo con todas mis fuerzas.


Juntos, Pedro y Paula se volvieron hacia los periodistas, sonriendo y despidiéndose con la mano.


Los periódicos de la tarde mostrarían dos fotos en la primera plana. Una, de Paula Alfonso mirando arrobada a su marido mientras juraba su cargo de gobernador. La otra, del nuevo gobernador rodeando con un brazo los hombros de su mujer y el otro cruzando por delante su cintura, apoyando posesivamente la mano en su redondo vientre.






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