miércoles, 1 de febrero de 2017

LA VENGANZA DE UN HOMBRE: CAPITULO 20





—¿Satisfecha? —preguntó Pedro incorporándose sobre un codo y sonriendo a la mujer que estaba junto a él.


—Por supuesto.


El entusiasmo en su respuesta lo hizo reír. Por cómo lo miraba, Pedro se sentía un hombre capaz de conquistar la cumbre de cualquier montaña, por alta que fuera.


La incomodidad que había sentido con anterioridad había desaparecido, dejándole una agradable sensación de satisfacción consigo mismo. En el fondo sabía que en cualquier momento su conciencia lo asaltaría y se arrepentiría de haberle robado la inocencia.


Ya se preocuparía más tarde de lidiar con su conciencia y con las consecuencias de sus actos cuando todo aquello hubiera terminado y tuviera a su hijo entre los brazos.


—Al menos, ahora sé que no soy... fría.


Dejando sus preocupaciones a un lado, Pedro prestó atención a lo que le estaba diciendo y frunció el ceño.


—No eres fría. Eres una de las personas más cálidas y divertidas que nunca he conocido.


—No hablo de eso.


—Entonces, ¿a qué te refieres?


—Al sexo.


—¿Al sexo? —repitió y entonces cayó en la cuenta—. ¿Te refieres a que fueras fría sexualmente? —preguntó comenzando a reírse—. ¿Pensabas que eras frígida?


—¡No es divertido!


Él dejó de reírse. Por la expresión de su rostro, vio que hablaba en serio.


—Lo siento, quizá tu extraño sentido del humor se me está contagiando.


—Por favor, no te rías de esto. Es algo de lo que soy muy susceptible.


Sus ojos mostraban aquella vulnerabilidad que cada vez que veía, hacían que su corazón se encogiese.


—Entiendo. Pero, ¿por qué? ¿De dónde has sacado una idea tan absurda?


De pronto, reparó en algo a lo que hasta ese momento no se le había ocurrido. Quizá fuera una estupidez tan sólo.


—¿Tuviste una relación con alguien que te dijo que eras frígida o que te lo hizo creer?


—No, no es nada de eso —dijo ella manteniendo la vista fija al frente.


Sintió un enorme alivio al oír su respuesta, aunque pensó que no debería ser así. La idea de Paula con otro hombre no debería ser de su interés, pero lo era.


Porque era suya.


Aquel sentimiento de posesión lo asombró. No estaba seguro de que le gustara o no, o de lo que ello significaba, pero apartó aquel pensamiento de su mente con la intención de analizarlo más tarde.


—Oí a algunos chicos hablar de mí en la universidad. Uno de ellos dijo que era una bruja frígida.


Una sensación de ira se apoderó de Pedro.


—¿Trató de aprovecharse de ti?


—No, me pidió salir, pero le dije que no porque no quería salir con chicos de mi clase. No quería tener que estar viéndolos después de que cortáramos.


—Ahí tienes la respuesta. Estaba molesto.


—Pero los demás estuvieron de acuerdo con él. Apenas me conocían.


—Entonces, ¿por qué dejar que te afecte la opinión de un puñado de estúpidos cuyo único interés era acostarse con alguien, especialmente cuando nada de eso es cierto?


—Pensé... —comenzó a decir y se sonrojó.


—¿Qué pensaste? —preguntó intrigado por aquella compleja y femenina mujer.


Ella giró la cabeza.


—Pensé que era obvio para cualquiera.


Pedro contempló su hermoso perfil.


—¿Que era obvio que eras frígida? —preguntó incrédulo.


—Parece ridículo.


—La frigidez es algo, que al igual que la virginidad, no resulta evidente. Fíjate en mí, a pesar de las pistas, ni siquiera me di cuenta.


Ella rió y buscó sus ojos.


—En el trabajo me llaman la reina de hielo —dijo bajando la mirada—. Incluso tú me llamas princesa.


Pedro acarició su mejilla.


—Sí, pero es una broma entre tú y yo. Lo digo cuando quiero hacerte reaccionar. ¿A quién le importan los demás? Eres una persona dulce, amable y generosa y sinceramente, lo demás no importa.


—Gracias, Pedro—dijo apoyando la cabeza en su pecho mientras él la atraía hacia su cuerpo.


La rodeó con los brazos, la besó en la frente y cerró los ojos, tratando de contener el dolor de su corazón.


Después de tomar su virginidad, ¿cómo podía estarle agradecida? Cuando abrió los ojos, se quedó mirando al vacío, pensando en el futuro.



1 comentario:

  1. Ayyyyyyyyyy, qué buenos caps. Pedro va a sentir culpa y va a dejar la venganza de lado.

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