domingo, 22 de enero de 2017
UN SECRETO: CAPITULO 22
Vestido con la misma ropa que había llevado el día anterior, Pedro abrió las cortinas de las enormes ventanas desde las que se veía la ciudad. Estaba amaneciendo. Miró a la mujer que dormía en la cama. En algún momento después de que él se hubiera quedado dormido, ella se había cambiado y se había puesto un camisón.
Pensó en cuánto le había impresionado la falta que le había hecho Paula durante el tiempo que habían estado separados. La deseaba. Deseaba que regresara con él.
La noche anterior había sido un paso en su campaña y había obtenido mucho más de lo que había esperado. Sintió cómo su sexo se ponía erecto con sólo recordar la salvaje noche que habían compartido. Se planteó despertarla y darse gusto de nuevo.
Pero al mirar el reloj que había en la mesita de noche vio que no había tiempo. Tenía que regresar a su habitación para ducharse y cambiarse de ropa. Después tenía que marcharse. Karen y Raul lo estarían esperando en el aeropuerto. Habían quedado en volver juntos a Sidney para llegar a tiempo a la reunión financiera semanal.
Miró a Paula, a quien la rosácea luz del amanecer iluminaba la cara. Parecía tan inocente, tan tranquila…
Sospechó que ella, al contrario que él, iba a arrepentirse de la noche que habían compartido.
Resistiendo la tentación de darle un beso de despedida, salió en silencio de la habitación… antes de que ella despertara y viera el arrepentimiento reflejado en sus ojos.
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