sábado, 7 de enero de 2017

PELIGRO: CAPITULO 5




Paula se quedó bajo el agua caliente de la ducha. Tenía mucho frío. No se había dado cuenta del frío que tenía hasta que su piel sintió el agua.


Cerró los ojos. ¿Por qué había hecho algo tan estúpido? No tenía respuesta.


Temía volver a la habitación donde Jason la esperaba. 


Nunca había visto a nadie tan enfadado como estaba él.


De pronto, recordó su trabajo. ¿Cómo había podido olvidarlo? Se había ido sin decírselo a nadie, ni siquiera a su jefe. Una lágrima rodó por su mejilla. Había dejado a su jefe en la estacada. Claro que tampoco podía contarle lo que había pasado ni cuándo podría volver. Lo cierto era que quizá tuviera que pasar el resto de su vida huyendo.


Por fin cerró el grifo y salió de la ducha. Comparado con la habitación exterior, el baño le pareció un horno.


Pedro la esperaba al otro lado de la puerta. Se estremeció. 


No sabía si tenía más miedo a morir congelada o a enfrentarse a la cólera de Pedro.


Al menos tenía ropa limpia que ponerse. Tomó lo primero que encontró. Ahora entendía por qué la gente llevaba leotardos en invierno. Era una pena que no tuviera ninguno. 


En cuanto saliera de allí, sería lo primero que compraría.



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