jueves, 5 de enero de 2017

CHANTAJE: CAPITULO FINAL





Exactamente un año después, Tomas fue invitado a la inauguración de la casa de Paula y Pedro.


-Veo que te trata bien -le comentó su amigo.


-Me trata de maravilla -contestó Paula sinceramente.


-Por fin, se está comportando. Lo reconozco. Parece que has domado a la fiera. Ahora, al menos, me deja hablar contigo a solas.


-Si antes lo dices... -sonrió Paula-. Aquí viene.


Tomas se tensó, pero Pedro sonrió y le estrechó la mano.


Los dos hombres hablaron durante un rato y, luego, Tomas se mezcló con los demás invitados y los dejó a solas.


-Gracias por invitarlo -le dijo Paula a su marido-. Cada día te controlas más.


-Siempre y cuando no te toque, no hay ningún problema -contestó Pedro besándola.


-¿Cuántos dormitorios tenemos al final? -preguntó de repente Paula.


Pedro la miró sorprendido, recordando las innumerables conversaciones que habían tenido con el equipo de arquitectos que había construido la mansión.


-¿Lo preguntas en serio?


-Lo pregunto porque vamos a necesitar otra -contestó Paula con inocencia.


-¿Para qué?


Paula sonrió.


-Eres un hombre muy inteligente para los negocios, pero, a veces, para otras cosas eres un poco lento -le dijo tomándole la mano y colocándosela en su tripa-. Vamos a tener un hijo.


-¿Un hijo?


-Sí, y va a nacer en la isla, exactamente igual que tu abuela -sonrió Paula mirándolo con adoración-. ¿Estás contento?


-¿Contento? -sonrió Pedro-. Estoy feliz -añadió tomándola en brazos y dirigiéndose a la playa.


-Pedro, los invitados -le recordó Paula.


-Estarán perfectamente bien atendidos -le aseguró su marido llevándosela en la oscuridad.


-Desde luego, qué bien se te da hacer siempre lo que te viene en gana, ¿eh? Aunque, ahora que lo pienso, se me ocurre algo que se te da todavía mejor.


-¿Ah, sí? -sonrió Pedro mirándola con deseo-. ¿Y te importaría decirme qué es?


-Será un placer -contestó Paula besándolo-. Un auténtico placer.



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