martes, 31 de mayo de 2016
DURO DE AMAR: CAPITULO 33
El otoño pasó rápidamente y para la primera nevada en diciembre, mi corazón había comenzado a sanar, aunque yo sabía que nunca olvidaría a Pedro. O Lily para el caso.
Todavía los extrañaba a ambos terriblemente, pero mi orgullo no me dejaba contactarlo. Él había hecho su elección. En algunos aspectos, era el mismo patrón de como yo crecí. Mi padre eligió trabajar todo el tiempo y mi madre deshacerse de mí. Sólo pensar en el trabajo de Pedro, la traición se volvía más profunda.
Durante las últimas semanas, de alguna manera caí en la rutina de activas citas con Guillermo. Tal vez fue porque era fácil estar alrededor y aliviaba la sensación de estar sola, o tal vez porque hacía a mi madre era tan ridículamente feliz, pero cualquiera que sea la razón, yo ahora salía con él varias veces a la semana. Me había llevado a paseos a caballo y fuera para almuerzos informales y elegantes cenas. Incluso fue a una cena de domingo en el club ante la
insistencia de mi madre.
Pasé las vacaciones de navidad en Aspen con mis padres, esquiando, comiendo mucho y visitando el spa. Fueron unas buenas vacaciones, pero por supuesto, incluso ahí —al otro lado del país— no pude mantener mis pensamientos de Pedro y Lily. Especialmente después de que él me enviara un pastelito con una nota que decía que me extrañaba sólo unos días antes de irme.
Pasé los primeros días en Aspen pegada a mi celular, segura de que él iba a llamar. Pero la llamada nunca llegó.
Quizá las fiestas o la primera nevada del año lo habían puesto sentimental, eso era todo. Sin embargo, me encontré
acostada en la cama despierta por la noche, preguntándome si debería haberle enviado a Lily un regalo de navidad, o si Pedro les cocinó la cena de Navidad.
Por alguna razón, me deprimió pensar en ellos dos sentados en la pequeña mesa de su cocina con un plato de huevos revueltos y alas de pollo. Me pregunté si les gusta la langosta, que fue lo que mis padres y yo tuvimos. No importa. Necesitaba sacarlos de mi cabeza. Cuando regresase de Aspen, me tiraría de nuevo a mi regular rutina, incluyendo ver a Guillermo otra vez.
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