sábado, 7 de mayo de 2016

CENICIENTA: CAPITULO 11





Antes de la noche anterior, ¿cuándo fue la última vez que Pedro había sido rechazado? No lo recordaba. Pero el hecho de que viniera de Paula y que hubiera esperado un año entero para tener otra oportunidad empeoraba las cosas. ¿Tan equivocado estaba respecto a su química?


Cuando se apretó contra él en el sofá, Pedro solo tenía una cosa en mente: la electricidad había vuelto. La sentía en cada átomo de su cuerpo. ¿Cómo podía ser solo por su parte? ¿Cómo podían dos personas crear tanto calor si solo una persona lo sentía?


Paula bajó por las escaleras tirando de la bolsa.


–Te la podía haber bajado yo si me lo hubieras pedido –dijo Pedro sacando la chaqueta del ropero.


–Puedo hacerlo yo misma.


–Estoy seguro de ello –Pedro se cruzó de brazos.


Paula aspiró con fuerza el aire por la nariz y evitó cualquier contacto visual.


–Necesito pedirte un favor. Acabo de recibir una notificación de la línea aérea. Mi vuelo tiene overbooking. Me han dejado en tierra.


–¿Y? –se estaba imaginando lo que iba a venir. Pero quería oírselo decir.


–Me preguntaba si habría espacio en el jet de tu empresa.


–No lo sé. Moro prefiere ocupar dos sitios. Es un chico muy grande.


–¿Tan enfadado estás por lo de anoche? Tú sabes igual que yo que no es buena idea que suceda nada entre nosotros. Sería una tontería, un gran error.


Pedro deseó que dejara de utilizar la palabra «error».


–Sí, por supuesto que puedes venir conmigo en el avión de regreso a Nueva York.


–Ah, de acuerdo. Gracias.


–De nada, Suero de Leche.



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