miércoles, 2 de marzo de 2016

CON UN EXTRAÑO: CAPITULO 3







Pedro Alfonso sacó el «busca» del bolsillo de su bata y apretó el botón. «Genial», pensó, una llamada de Urgencias, justo lo que necesitaba para terminar un día de lo más ajetreado.


Retiró la bandeja con la comida sin tocar y se dirigió a la sala de urgencias. En las dieciocho últimas horas había traído al mundo tres bebés, había atendido una consulta llena de pacientes y apenas había tenido tiempo de tomarse un respiro, y mucho menos para comer. Se estaba empezando a preguntar si debía haber contratado otro colega tras la jubilación de Anderson. Pero era demasiado tarde para preocuparse ahora. Además, él siempre había sido un solitario y le gustaba.


Al llegar a la sala de enfermería, se apoyó en el mostrador para sujetarse. Estaba demasiado cansado para ser un hombre de treinta y tres años.


–¿Qué pasa, Carl?


–Tenemos una admisión de ginecología traída por una enfermera del centro.


–¿Dónde está?


–¿La paciente? –preguntó el corpulento enfermero.


–Sí, la paciente.


–En la habitación 3 con la enfermera.


–¿La enfermera?


–No se irá hasta que sepa qué ocurre –contestó Carl, encogiéndose de hombros–. Es lo normal cuando hay comadronas de por medio.


Aquello no sorprendió al doctor en absoluto. De hecho, enseguida le había recordado a su madre.





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