sábado, 26 de diciembre de 2015

UN TRATO CON MI ENEMIGO :CAPITULO 25





Pedro se quedó paralizado al sentir que lo observaban mientras charlaba con David Simmons.


Paula. De pie al lado de Eric al otro lado de la abarrotada sala, con sus ojos grises clavados en él y sus carnosos labios esbozando una sonrisa.


Alzó la copa de champán hacia ella en un silencioso brindis; la exposición solo tenía una hora de vida, pero los cuadros de Paula eran los que más atención estaban despertando. 


Ella sonrió al aceptar su brindis. ¿Con felicidad? ¿O con algo más?


–… entretenerte más cuando veo que estoy impidiéndote estar donde de verdad quieres estar –oyó decir a la voz de David.


Muy a su pesar, apartó la mirada de Paula para girarse hacia él.


–¿Cómo dices?


–¡Te recomiendo que vayas con ella, hombre! –le sonrió.


–¿Tan obvio es?


–Es una chica preciosa. Tiene tanta belleza como talento y eso es una combinación letal, ¿eh?


–Letal –aceptó Pedro.


–¡Pues entonces ve! –le dio una palmada en la espalda–. Antes de que ese pillo de tu hermano se te adelante –añadió al ver que Rafa se acercaba a Paula con determinación.


–Maldito seas, Rafael –murmuró Pedro al echar a andar para interceptar a su hermano–. ¡Esto no es lo que acordamos que tenías que hacer esta noche!


Rafa enarcó las cejas con gesto burlón.


–Se me ha ocurrido hacerle compañía a Paula mientras espero. Por cierto, esta noche está impresionante.


–Manos fuera, Rafa.


–¿Sabe Paula lo posesivo que eres?


–Sí –respondió no muy seguro de que Paula no fuera a odiarlo al final de la noche.


–¿Y le has dicho ya lo que sientes por ella? –le preguntó riéndose.


–Vete al infierno, Rafa.


–Claro. ¿Por qué hacer las cosas del modo fácil cuando puedes complicarlas? –sacudió la cabeza–. A este paso vas a terminar siendo tan frío y distante como Miguel.


–Le gusta vivir así.


–Pero a ti no, ya no. ¡Y por eso deberías ir por esa mujer sin importarte lo demás!


–Los dos sabemos que no es tan sencillo.


–Pues entonces te sugiero que lo simplifiques y terminemos con el sufrimiento de todos.


–Ya te llegará a ti la hora, Rafa, y entonces a ver cómo te enfrentas a ello. Y a ella.


–Jamás dejaré que ninguna mujer, ¡ninguna!, se interponga entre mi vida de soltero y yo.


–Oh, pasará, Rafa, hazme caso, y cuando suceda voy a disfrutar viendo cómo te comes tus palabras –dijo riéndose con satisfacción–. Mientras tanto, mantén tus encantos alejados de Paula.


–No soportas tener competencia, ¿eh?


–Eres demasiado irritante como para que te considere una competencia seria. Y ahora, si me perdonas, voy a hablar con «mi chica» –pero antes de llegar a su lado, la vio palidecer y avanzar hacia la entrada de la galería.


Y entonces Pedro supo que había llegado el momento de la verdad.


–¡Ve, Rafa, ahora! –dijo yendo hacia Paula.






No hay comentarios.:

Publicar un comentario