miércoles, 7 de octubre de 2015

DIMELO: CAPITULO FINAL





Pedro está instalado nuevamente en el apartamento de Bastille, aunque la mayoría de los días se queda en mi casa y Antoniette nos consiente cocinándonos todas sus especialidades.


—Basta o, en el desfile, ambos entraremos rodando. No quiero comer más.


—Por fin alguien que la ha hecho comer.


—Sois dos confabuladores —me quejo.



****


Llega el día. Yo abro el desfile y lo cerramos juntos, Pedro y yo, además de las pasadas que tenemos en medio. Hemos ensayado bastante y, aunque está nervioso porque es su bautismo en la pasarela, intento darle confianza.


—Eres guapísimo, todos mirarán tu tableta de chocolate y nadie se fijará en si caminas torcido. Pero ¡ojo!, vista al frente... Si te veo mirar a alguien, te doy un codazo en medio del desfile.


Lo cojo de la barbilla, lo beso y le muerdo los labios.


—Mis ojos están hechos tan sólo para admirar tu belleza.


—Sí, claro, y yo me chupo el dedo.


Todo el mundo sabe ya que somos pareja y que él es mi nuevo socio. Pedro es muy carismático y ha logrado meterse a la prensa en el bolsillo. Se ha involucrado mucho con Saint Clair y trabajar con él resulta muy fácil; está de vuelta al ruedo y a la caza del cliente, haciendo lo que mejor sabe... 


Es muy hábil para conseguir negocios.


Suena Taylor Swift, I knew you were trouble, se abre el decorado y salgo dispuesta a comerme la pasarela; la adrenalina borbotea por mis venas.


Estoy de regreso, la presentación de la colección está en marcha. Pedro y yo tenemos un camerino aparte del resto de los modelos; son los privilegios de los que gozan los dueños del circo. Me cambio pronto y salgo con él para acompañarlo en su pase.


—Vamos, a ver cuánto gritan las chicas por ti.


—No quiero codazo.


—Sonríe, caerán rendidas —le digo mientras lo beso—; olvida lo que te dije antes, hoy te lo permito: tenemos que vender muchas prendas.


—Interesada, usas mi cuerpo.


—Siempre; es lo que más me gusta, usarlo a mi antojo.


Suena Etta James, I just want to make love to you, se abre el decorado y Pedro sale con mucha seguridad; se le ve muy profesional, no olvida nada de lo que hemos ensayado. 


Llega al final y las chicas deliran cuando se quita la chaqueta y se queda con el torso desnudo. Sonríe, marca sus
músculos y mueve los pectorales; luego les guiña un ojo, tira un beso y todas se quedan con la boca abierta, da media vuelta y regresa. A la mitad, se para y saluda a los laterales. 


¡Es tan carismático!, ¡me lo como con la mirada! Llega a las bambalinas por el lateral y allí lo estoy esperando.


—He hecho todo lo que me dijiste que hiciera, ¿cómo ha salido?


—Perfecto, todo ha salido genial, han flipado contigo... ¡Vamos, a cambiarte! —le digo mientras lo abrazo y me abraza.


Tenemos un pase juntos. Salimos y, ya más relajada, busco a mis padres entre el público. Están en la primera fila; mi padre, junto a su joven esposa, que tiene un año menos que yo, cosas de la vida; al principio me costó mucho aceptarlo, pero ahora entiendo que su vida es suya, y que la vive como
más le gusta, al igual que yo. Al lado de mi padre está sentado Alain, el esposo de mi madre; mi padre y mi padrastro se llevan muy bien... Me hace gracia: cuando se ven, parecen viejos amigos.
Junto a Alain está sentada mi madre, que tiene a una niña rubia en sus brazos a la que creo conocer pero no sé de dónde exactamente.


Regresamos al camerino y empezamos a cambiarnos para el cierre.


—Tenemos exactamente cuatro minutos y cinco segundos para hacer el amor, lo que dura la próxima canción.


—¿Estás loco?


—Sí, pero apresúrate porque, si no, te perderás a Estela y a André cuando salgan.


Lo conseguimos en tiempo récord. Pedro me folla duro y llegamos al clímax mientras Justin Timberlake canta Sexy Back; hemos bautizado realmente el desfile.


Satisfecha, salgo con Pedro a ver a nuestros amigos; no me los perdería por nada... Bueno, quizá por un polvo rapidito con Pedro, sí... Siempre podría ver los vídeos.


Me costó persuadirlos, pero lo conseguí y estoy feliz. Me río pletórica, son muy divertidos y lo demuestran en la pasarela; no puedo creer que los haya convencido para que desfilen. 


Suena I’m too Sexy, el clásico de Right Said Fred. André, con un esmoquin impecable y su cámara en la mano, camina y saca fotos mientras hace su pasada; él jamás suelta su objetivo. Estela lo acompaña mientras, risueña, posa para que él la fotografíe.


Para el cierre del desfile suena Happy, de Pharrel William, y es nuestro turno: se abre el decorado y Pedro y yo salimos cogidos de la mano. Todo estalla, papelitos plateados al final y la gente que nos aplaude a rabiar. Mi madre se pone en pie y hace que la niña me alcance un ramo de amapolas rojas, el cual tomo temblorosa porque entonces la reconozco de inmediato: es la niña de la plaza des Terraux, Angèle. 


Pedro también la reconoce, se inclina y la alza, subiéndola con nosotros a la pasarela. Es verdaderamente hermosa y con ese vestido, que supongo que le ha comprado mi madre, parece una princesa.


Me muestra el colgante que le regalé, el ángel con las alas amarillas.


—Me dio suerte, ahora vivo en el orfanato de tu mamá; ya no duermo en la calle, y Jeanette me ha dicho que muy pronto encontrará unos papás para mí.


Se me hace un nudo en la garganta, me trago las lágrimas y Pedro me abraza, nos abraza a ambas, y me besa. 


Comprendo en ese momento que él también está muy afectado; creo que muchos recuerdos han aflorado en su corazón. Me mira fijamente y sé lo que me está preguntando, pero no puedo hablar, le digo que sí con la cabeza.


—¿Quieres que seamos tus papás? —le pregunta Pedro.


La niña nos abraza, nos besa y, luego, mira a mi madre y grita:


—¡Han dicho que sí, han dicho que sí!











3 comentarios:

  1. Se me hicieron re cortos estos caps! Me atrapó esta nove.
    @jesica_tkd

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  2. Espectacular historia Carme. Quedé fascinada!!!!!!!!!!

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  3. Que hermoso final! no me esperaba la aparición de esa nena! que linda! Gracias por compartir esta historia!

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