domingo, 14 de noviembre de 2021

CORAZON INDOMABLE: CAPITULO 15

 


Paula hizo un trabajo fantástico interiorizando su irritación porque Pedro estuviese ayudándola en la sombra, y descargó toda su frustración con la verja dañada. Así que, cuando miró a lo lejos y vio su utilitario destartalado aparcar a un lado del embalse junto al que ella estaba trabajando, supo que el destino quería que dijese algo.


Y no solo una cosa.


Se dirigió furiosa hacia la orilla del embalse, pero, cuando llegó, Pedro no estaba por ninguna parte. Escudriñó el horizonte, miró dentro del coche, luego hacia el camino por donde había bajado.


Silencio.


—¡Alfonso! —su llamada fue más bien un grito de guerra. Rebotó en el claro vacío antes de que los árboles se lo tragaran.


Nada.


Un chapoteo a su espalda hizo que se diera la vuelta de inmediato.


—¿Me ha llamado? —Pedro chapoteaba en el embalse como un niño pequeño. Se sumergió brevemente, volvió a salir y se apartó el pelo mojado de la cara. Mojados, sus rasgos parecían perfectos. Se acercó nadando a la orilla—. ¿Qué puedo hacer por usted, señorita Chaves?


—Puede dejar de llevarme de la mano —respondió ella con el corazón acelerado al verlo salir del agua.


—Explíquemelo —se llevó la mano a los ojos para protegerlos del sol, que reflejaba su luz en las gotas que resbalaban sobre los músculos de su pecho.


—Está haciendo mi trabajo por mí —contestó ella tras tragar saliva para humedecerse un poco la boca—. Soy perfectamente capaz de hacer el trabajo por el que me paga. No necesito su ayuda. No la deseo.


—¿Quién dice que la estoy ayudando? —preguntó él mientras se acercaba.


—Viene por las noches y hace las cosas antes de que yo pueda ocuparme de ellas.


—¿Cómo sabe lo que yo hago por las noches?


Genial. Otra persona que la creía capaz de espiar a la gente. Pero no quería meter a Simone en problemas, no después del mal rato que le había hecho pasar.

—¿Es cierto o no?


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