jueves, 21 de octubre de 2021

SIN ATADURAS: CAPÍTULO 8

 


Se volvió de nuevo hacia Paula y mencionó una renta semanal que consideró razonable para la zona.

 

–Lo cierto es que pensaba cobrar algo más que eso. Mi abogado le enviará los detalles de la cuenta para que automatice los ingresos.


De manera que la Bella Durmiente no estaba tan dormida. Bien por ella. Hablaba a su favor el que estuviera al tanto del verdadero valor de su propiedad. Pedro reprimió las flirteantes frases que tenía en la punta de la lengua y sacó su cartera, de la que extrajo suficiente dinero para cubrir dos meses de alquiler. Paula lo aceptó con mano firme.


–¿No crees que deberías decirme tu nombre? –preguntó Pedro, tratando de ocultar que se moría de deseo por dentro.


–Paula Chaves–contestó Paula con la cabeza alta y sin ruborizarse.


–Es un placer hacer negocios contigo, Paula.


–¿Cuándo quiere mudarse?


–Mañana.


Paula se quedó boquiabierta.


–¿Está sin casa?


–No, pero me gusta mucho la intimidad de este sitio.


–Lo entiendo –Paula sonrió, repentinamente animada ante las perspectivas que le ofrecía el futuro.


Pedro asintió y se volvió bruscamente.


–Ahora será mejor que te deje seguir con tu trabajo.


–¿No quieres ver el resto de la casa?


–Lo veré mañana.


–De acuerdo. En cuanto estén los papeles arreglaré las cosas para que puedas meter tus cosas por el garaje.


–Eso estaría bien –dijo Pedro en un tono cargado de ironía.



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