viernes, 18 de junio de 2021

NO TODO ESTÁ PERDIDO: CAPITULO 47



Pedro se pasó una mano por la cara. Llevaba veinticuatro horas despierto y le mucho dolía la cabeza.


Había ido con Susy cuando se llevaron a su padre a un hospital en Phoenix y la llevó a casa cuando volvieron a Red Ridge.


Paula no había respondido al teléfono en toda la noche.


Pedro llamó a la puerta de la casa de invitados, impaciente.


–¡Paula!


La puerta se abrió y Pedro dejó escapar un suspiro al ver a su hermano.


–Hola, Sergio.


–Hola, Pedro.


–¿Está Paula en casa?


–No, no está. Ha vuelto a Nashville.


–¿Ya se ha ido? Pero no tenía que irse hasta mañana.


–Lo sé, entra –dijo Sergio. –Tenemos que hablar.


Pedro entró tras él en la casa, desconcertado.


–¿Por qué se ha marchado sin esperarme? ¿Y por qué estás tú aquí?


–Estoy aquí porque se lo debo a mi hermana. Sabía que vendrías tarde o temprano y quería contarte algo. Siéntate, te lo explicaré todo mientras tomamos un café.





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