miércoles, 24 de marzo de 2021

TORMENTOSO VERANO: CAPÍTULO 48

 


Por fin veía a Pedro como él era realmente y no a través de sus erróneas creencias. Por fin veía lo noble que era, lo honorable que era y lo vacía y diferente que hubiera sido su vida sin él.


–Quiero que te quedes la casa de mi padre –le dijo a Pedro–. No quiero dinero alguno. Es justo que yo la devuelva. Ahora, me marcho a mi casa, Pedro. En cuanto pueda.


–Paula...


Pedro dio un paso hacia ella, lo que provocó que Pau diera uno hacia atrás. Si él la tocaba, se desmoronaría. Lo sabía perfectamente.


–Ya no puedo seguir aquí.


–Te has llevado un shock. No es bueno tomar decisiones precipitadas.


Pedro extendió la mano. No tardaría en tocarla. Paula no podía permitir que eso ocurriera. No se atrevía.


Dio un nuevo paso atrás. Se había olvidado de que la silla estaba allí y se habría caído si Pedro no la hubiera sujetado. Oyó los latidos de su corazón, olió el cálido aroma de su piel. Sólo le estaba sujetando los brazos, pero todo su cuerpo respondía ante el hecho de estar tan cerca de él.


Trató de soltarse de él, pero contuvo el aliento cuando, en vez de soltarla, Pedro la agarró con más fuerza. Ella lo miró con los ojos abiertos como platos al ver que él bajaba la cabeza. El aliento de Pedro le abrasó los labios. Un calor muy sensual se adueñó de su cuerpo.


–No –protestó Pau, pero su protesta se perdió bajo la pasión de su beso.


Deseaba tanto a Pedro. Lo amaba tanto... Sin embargo, Pedro no la amaba a ella.


–¡No! –exclamó, apartándolo–. No me toques. No puedo soportarlo. Tengo que marcharme, Pedro. Te amo demasiado para quedarme...





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