lunes, 15 de febrero de 2021

APARIENCIAS: CAPÍTULO 47

 


Cerró los ojos, respiró hondo e intentó mantener la calma. ¿Cómo podía haberle pasado algo así? No formaba parte del plan. Siempre había imaginado que tendría hijos algún día, pero cuando encontrase al hombre adecuado. Y cuando su negocio estuviese establecido. No era un buen momento.


¿Y qué pensaría Pedro? Teniendo en cuenta su situación económica y laboral, no le iba a hacer gracia la idea de formar una familia. En especial, con una mujer que nunca había pretendido tener una relación seria con él.


Tal vez se sintiese aliviado cuando le dijese que no esperaba nada de él.


Ella se apretaría el cinturón un par de años y, con un poco de suerte, saldría adelante.


Pero lo primero era saber si realmente estaba embarazada. Todavía cabía la posibilidad de que fuese otra cosa.


Oyó la puerta y a Camila gritar:

–¡Ya estoy aquí!


Y se le aceleró el corazón.


–¿Estás preparada? –le preguntó Camila, asomándose por la puerta con una bolsa en la mano.


No lo estaba, pero no tenía elección.


Tomó la bolsa con mano temblorosa, fue al cuarto de baño y cerró la puerta con cerrojo.


Abrió la caja, sacó el aparato y leyó las instrucciones. Solo tardó un par de segundos en hacerse la prueba. Luego esperó.


Treinta segundos después tenía la respuesta.


Estaba embarazada.


Se quedó allí sentada un par de minutos más, esperando a ver si cambiaba el resultado.


Luego oyó que llamaban a la puerta.


–¿Estás bien, cielo?


No. No estaba bien. Abrió la puerta y le enseñó el resultado a Camila.


Esta suspiró.


–Vaya.


–Sí.


¿Qué le iba a decir a Pedro? Porque tenía que contárselo. Sintió pánico.


–¿Qué vas a hacer? –le preguntó Camila.


–Voy a tener un bebé –fue lo único que pudo responder ella.




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