miércoles, 13 de enero de 2021

AVENTURA: CAPITULO 33

 


Se volvió y lo vio. Tumbado boca arriba, los ojos aún cerrados, el torso desnudo y hermoso. La excitación, el júbilo y la esperanza borbotearon en su interior. En todo el tiempo que llevaban viéndose, ni una sola vez se había quedado a pasar la noche. Aunque se quedaran haciendo el amor hasta las cuatro de la mañana, él siempre se iba a su casa. De modo que eso solo podía significar una cosa. La noche anterior él había hablado en serio. Quería hacer que eso funcionara.


Pedro abrió los ojos y la miró.


–Como se te ha olvidado poner el despertador para ir a desayunar a la casa de tu padre, ¿por qué no nos vamos Matias, tú y yo a desayunar a alguna parte?


Era evidente que acababa de escuchar la conversación desagradable que había mantenido con su padre al respecto.


–¿Te parece una buena idea? ¿Y si alguien nos ve juntos?


–Hay una cafetería a la que voy que está próxima a la universidad. Es muy improbable que nos encontremos allí con alguien.


–De acuerdo. Suena divertido.


–¿A qué hora suele levantarse Matias?


–Lo hará de un momento a otro.


Aunque el día anterior debería haber dedicado algunas horas de trabajo en la oficina, Pedro terminó pasando todo el día con Paula y Matías. Primero fueron a desayunar, donde nadie los reconoció, luego hicieron unas compras de último minuto para el pequeño. Como la temperatura era agradable, llevaron un rato a Matías al parque. Luego, de camino a la casa de ella, compraron comida tailandesa y cenaron, y aunque vio que Paula quería que volviera a pasar la noche con ella, tenía que estar en el trabajo a primera hora de la mañana.


Se marchó después de que Matías se acostara y al entrar en su piso, le pareció menos hogar que nunca. Si las cosas con Paula y Matías salían como él esperaba, tendrían que pensar en trasladarse a una casa juntos. Una que tuviera preferiblemente un patio enorme donde Matías pudiera jugar, situada en un vecindario familiar y amigable, con abundantes parques.


Pasó el resto de la tarde comprando más juguetes que los que probablemente Matias tendría tiempo de usar alguna vez y asegurándose de que serían entregados para las fiestas. La Navidad ya la tenía comprometida para pasarla con su madre y Julián, pero planeaba estar en la casa de Paula la Nochebuena, después de la fiesta en la oficina, y la mañana de Navidad, cuando Matías abriera sus regalos. Sin embargo, tenía un ligero problema, no sabía qué comprarle a Paula. No le gustaban las joyas, aparte de que eso parecía demasiado… impersonal. ¿Qué podía regalarle un hombre a una mujer que disponía de los medios para comprarse cualquier cosa que alguna vez pudiera necesitar o desear?




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