Deseaba derribar los muros con los que él protegía su corazón… e iba a hacerlo beso a beso.
Paula estaba emocionada con que sus hermanos le hubieran organizado unas vacaciones… sin duda las necesitaba. El problema era que no se trataba del lugar animado que ella habría esperado, sino de una cabaña aislada en un idílico paraje australiano.
El único vecino que tenía en kilómetros a la redonda era el taciturno, aunque muy atractivo, Pedro Alfonso quien, después de una tragedia familiar, había decidido apartarse del mundo. Paula no podía evitar sentir curiosidad por aquel hombre solitario cuyo corazón deseaba conquistar…
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