miércoles, 16 de septiembre de 2020

EL DOCTOR ENAMORADO: CAPÍTULO 10

 


Allí estaba Paula de nuevo, sentada en la camilla, con otra de esas batas que apenas ocultaban su desnudez. Al principio, había sentido frío, pero en cuanto había oído sus pasos acercándose, la temperatura había aumentado a la par que la sensibilidad de su piel.


Aquella vez estaba dispuesta a hacerlo. Permitiría que el doctor deslizara sus manos bajo la bata y se estrecharía contra él, guiándolo hacia él lugar que más deseaba que acariciara... y entonces le rodearía el cuello con los brazos y lo besaría haciéndole inclinarse sobre ella, hasta que terminaran haciendo el amor en la camilla...


Paula tomó aire, dejó a un lado el plumero y se llevó las manos a su acalorado rostro. ¿Por qué no era capaz de dejar de soñar despierta en ese tipo de cosas?


Sus fantasías habían ido en aumento durante el curso de las semanas. Al principio, eran fantasías bastante inocentes. Pensaba en las miradas que habían compartido y se imaginaba manteniéndolas. Después, había añadido algunos susurros, alguna conversación un tanto íntima... y la cosa había ido progresando hasta llegar a aquel punto. Por al amor de Dios, sólo había visto a ese hombre una vez en su vida y no era capaz de sacarlo de su mente... ni de sus más salvajes fantasías.


Mientras se obligaba a concentrarse de nuevo en la limpieza de los muebles, oyó una pregunta que inmediatamente despertó su curiosidad. Procedía del solario donde Monica Whittenhurst, la espectacular rubia que había encontrado en la consulta del médico, disfrutaba del jacuzzi junto a Laura Hampton.


—¿Me estás diciendo que te ha pedido una cita?


—Va a llevarme al Baile de Caridad de la Primavera —contestó Laura.


Sin verle siquiera la cara, Paula podía imaginarse perfectamente su presuntuosa sonrisa.


Y se descubrió preguntándose con quién se habría citado. Realmente, no tenía demasiada importancia para ella: su interés en la vida privada de Laura era escaso y además no era probable que conociera al que iba a ser su acompañante. Deliberadamente, había evitado a los habitantes de Sugar Falls desde su llegada. Cualquier relación personal podía comprometer su secreto. Hasta que no hubiera recuperado la memoria, tenía que mantenerse estrictamente aislada.



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