domingo, 19 de julio de 2020

UN AMOR EN EL OLVIDO: CAPITULO 41




Paula contuvo el aliento y se apretó la carta contra el pecho. Había creído que su madre había muerto porque tenía roto el corazón. Se había equivocado. 


«Jamás dijiste quién fue tu fuente. ¿De quién se trataba?»


«Di mi palabra de no revelar nunca su nombre».


Su madre había sido quien traicionó a su padre, pero, a los pocos meses, se sintió abrumada por lo que había hecho. Igual que le había ocurrido a Paula durante los últimos cinco meses. Sin saberlo, había modelado su vida como la de su madre.


Había renunciado al amor por la fría satisfacción de la venganza.


Dios Santo, ¿qué había hecho?


Gritó con fuerza al sentir otro dolor en el vientre.


—¿Señorita Chaves? —dijo el ama de llaves apareciendo de repente.


—Llámeme «señora Alfonso» —gritó Paula mientras se ponía de pie—. ¡Por favor! ¡Qué venga mi marido!


—¿Está de parto? Llamaré el médico. Prepararé el coche y…


—No —susurró Paula jadeando—. No vamos a ninguna parte hasta que él no esté aquí.


Se tambaleó. Las rodillas estuvieron a punto de doblársele al sentir otro fuerte dolor. El bebé estaba a punto de nacer.


Paula miró a su alrededor. No quería ser la mujer que había sido hasta entonces, enterrada en el pasado como lo había estado su madre. 


Quería un futuro. Quería que su hijo creciera feliz y seguro en un hogar lleno de vida. Quería que Pedro ejerciera como padre de su hijo. Como su esposo.


Quería amarlo.


—Por favor, déme el teléfono…


—Usted no se mueva.


El ama de llaves se dirigió al teléfono más cercano y marcó el número que Paula le dio. Tras hablar unos minutos, colgó.


—Su asistente dice que está de viaje por Asia y que no puede localizarlo.


—¿Le ha explicado usted que estoy de parto?


—Sí y le he dicho que a usted le gustaría que su esposo viniera a Londres tan rápidamente como le fuera posible. ¿Puedo hacer algo más?


—No…


No se podía hacer nada. Si Pedro estaba en Asia, jamás conseguiría llegar a Londres a tiempo.


Paula sintió ganas de echarse a llorar.




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