miércoles, 15 de julio de 2020
UN AMOR EN EL OLVIDO: CAPITULO 27
Pedro comenzó a caminar hacia ella, pero había dado sólo unos pasos cuando el teléfono volvió a sonar. Vio que era el número de su detective privado y contestó inmediatamente.
—Qué rapidez.
—Puedo hablarle del padre de su esposa ahora mismo, señor Alfonso —le dijo Barr—. ¿Le suena de algo el nombre de Damian Hunter?
Pedro se quedó completamente paralizado.
—¿Damian Hunter? —repitió.
—Murió en un accidente de coche cuando ella tenía catorce años. Unos meses después, su madre volvió a casarse con un rico aristócrata británico. Él la adoptó y ella tomó su apellido.
Pedro sintió que los latidos del corazón se le aceleraban. ¿Damian Hunter era el padre de Paula?
—¿Cómo es que nunca se me informó de esto?
—Hace meses que lo sabemos, pero usted nos dijo muy claramente que no quería saber nada de Paula. Sólo quería que la encontráramos.
Pedro apretó la mandíbula y miró a Paula.
—La madre no vivió mucho tiempo. Murió unos meses después de mudarse a Inglaterra con la niña. Problemas de corazón.
Pedro sabía exactamente cuándo empezaron los problemas de corazón de Barbara Hunter.
—Bien. Gracias por la información.
Colgó el teléfono. Se miró las manos, que había apretado hasta convertirlas en puños. Llevaba meses pensando que Paula lo había perseguido por dinero o por amor a Luis Skinner. Había pensado que era superficial y fría.
Se había equivocado.
Paula debía de llevar planeando aquello desde que tenía catorce años.
Pedro pensó de repente en todos los libros que había visto en su dormitorio de adolescente, como el de Cómo atrapar a un hombre.
Desde la muerte de su padre, su vida había estado centrada en vengarse del hombre que creía que había destruido a su padre y había arruinado a su familia.
Debía de haber estudiado a las modelos y las actrices con las que Pedro había salido.
Las había imitado. Todo había sido una fachada cuidadosamente construida. Lo había hecho perfectamente, hasta el último detalle, a excepción de una cosa. Al contrario de sus otras mujeres, siempre se había mantenido emocionalmente despegada.
Pedro ya sabía por qué. Debía de haberlo odiado tanto…
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