domingo, 5 de julio de 2020

A TODO RIESGO: CAPITULO 69




Paula chilló de nuevo mientras Mateo intentaba tirarla por la barandilla. Unos pocos centímetros más y perdería completamente el equilibrio, pero él se estaba tomando la tarea con aterradora parsimonia. Como si quisiera torturarla lentamente y volverla loca antes de terminar de asesinarla.


—Levanta las manos y apártate de Paula. ¡Ya!


La brusca voz masculina se alzó por encima del murmullo del mar. Pedro. Estaba allí. Intentó volver la cabeza para verlo, pero Mateo se lo impidió de forma que lo único que podía ver era la arena del suelo.


—Lo siento, poli, pero no me voy a apartar —sujetando a Paula con una mano, sacó un arma con la otra—. Si quieres guerra, la tendrás. Aunque me dispares, todavía tendré tiempo para dispararte yo a ti y tirar a Paula al vacío. De cualquier forma, tú pierdes.


—Tal vez pierda, pero tú estarás muerto —le advirtió Pedro, acercándose—. Te tengo a tiro.


Solo que él también estaba a tiro de Mateo, pensó Paula. Dos hombres muertos y el cuerpo de una mujer embarazada estampada contra el suelo. Aquel no era ni mucho menos el final que había imaginado. Tenía un brazo retorcido detrás de la espalda. Y con el otro no tenía fuerza suficiente para hacer daño. Pero un solo segundo de ventaja era todo lo que necesitaba Pedro.


Bajó la cabeza y sintió que su cuerpo basculaba hacia delante, a punto de caer por la barandilla. 


Luego, tomando impulso y sacando fuerzas de flaqueza, echó la cabeza violentamente hacia atrás y golpeó a Mateo.


Tal fue la violencia del golpe que empezó a perder el sentido, justo en el momento en que el eco del disparo repercutía en su cerebro. No supo quién había disparado, pero sintió la sangre corriéndole por un brazo mientras se derrumbaba en el suelo… a los pies de Mateo.



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