lunes, 2 de marzo de 2020
LUZ, CAMARA Y... BESO: CAPITULO 45
Pedro se sentó a la mesa y miró alrededor.
—¿Dónde está Paula? —le preguntó a Brian, que se alzó de hombros.
Había perdido la compostura por unos instantes, había salido a tomar el aire y había dejado sola a Paula, cuando su primera responsabilidad era protegerla.
La culpa era suya. Debía habérselo contado todo antes, pero no había sido capaz. Había tenido miedo de que se fuera.
Una posibilidad que le aterraba.
Le había dicho que no tenía lugar para ella en su interior, pero ahora que se había ido, ahora que la posibilidad de que desapareciera definitivamente era real, sentía un inmenso vacío en su interior. De alguna manera, en aquellos meses, Paula se había introducido en su corazón y había desplazado las sombras que hasta entonces lo habían habitado.
Y no estaba dispuesto a perder el único amor verdadero que había experimentado en toda su vida.
¿Dónde estaba?
En el escenario, el presentador de la gala estaba ya enumerando los nominados a la categoría en que competía Pedro.
¿Dónde podía estar?
—Y el ganador es…
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