martes, 17 de marzo de 2020

ANTES DEL AMANECER: CAPITULO 40





—Nada nuevo. Todo confirma lo que te había dicho.


—Y desmiente los datos de los archivos públicos de Meyers Bickham. Acuérdate de que según ellos, te graduaste en el instituto con dieciocho años. Y si la información tuya que figura en ellos es falsa, no hay motivo para creer que la restante sea verdadera.


—Lo que quiere decir que los registros sobre los bebés, sin identificar enterrados en el sótano pudieron haber sido falseados —pronunció Paula.


—Exacto. Tal vez el orfanato siguió registrándolos como internos después de muertos.


—Y ahora están dispuestos a cualquier cosa con tal de conservar el secreto. Incluso después de tanto tiempo.


—No hay límite de prescripción para un asesinato —le recordó Pedro.


—¡No pensarás que esos bebés fueron asesinados!


—Espero de todo corazón que no.


Lo mismo esperaba Paula. Asesinar a un bebé era algo inimaginable, inconcebible para una mente normal. Como fijar un repugnante cráneo a un muñeco. O un desfile de fantasmas celebrado en un oscuro y lóbrego sótano.


De repente tuvo que apoyarse en la puerta de la camioneta para no caer al suelo, mareada.


—¿Qué te pasa?


—Acabo de recordar algo nuevo sobre el desfile de fantasmas…




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