lunes, 9 de marzo de 2020
ANTES DEL AMANECER: CAPITULO 13
Tardó poco en averiguarlo. Dos hombres, dos desconocidos, aparecieron en el sendero y se encaminaron hacia la pasarela. Uno era alto y atractivo, de unos cuarenta y tantos años. El otro más joven, rubio, con una sonrisa algo engreída.
Se detuvieron al pie del puente y permanecieron inmóviles por un momento, mirando fijamente a Pedro.
El mayor sacó su cartera y le mostró una credencial del FBI.
—Soy Romeo Trotter, del FBI. Y éste es mi compañero Roberto Dagger. Hemos venido a ver a Paula Chaves.
—Yo soy Paula Chaves.
Buscó a Kiara con la mirada. La niña ya estaba corriendo hacia ellos, curiosa.
—¿Pueden decirme a qué se debe su visita? —les preguntó, apresurándose a tomarla de la mano.
—El orfanato Meyers Bickham. Usted estuvo interna allí, ¿verdad?
A Paula se le aceleró el corazón.
—Sólo deseamos hacerle unas cuantas preguntas —añadió Romeo—. A solas.
Miró significativamente a Pedro, que se hizo a un lado para dejarlos pasar.
—Yo me encargaré de Kiara mientras usted habla con ellos.
—¡Oh, no hace falta! Me la llevaré dentro conmigo. Se quedará viendo una película en el dormitorio. Creo que ya ha tomado demasiado el sol.
El pulso le atronaba en las sienes mientras entraba en la cabaña. En un rincón de su cerebro volvió a escuchar el llanto infantil con el que había convivido durante veinte años. Los gemidos del bebé fantasmal pidiendo ayuda.
Sólo que esa vez al parecer, el bebé fantasmal había pedido ayuda al FBI.
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