martes, 12 de noviembre de 2019

PARA SIEMPRE CONTIGO: CAPITULO 21





Paula no esperaba que Pedro la llamara mientras estaba de viaje, pero no podía evitar echarlo de menos. Pensó en él durante toda la semana, y por las noches no conseguía dormir. 


El viernes por la noche se acostó temprano, pero el teléfono la despertó. Miró el reloj. Era casi medianoche. La única persona que podía llamarla a esas horas era su madre, que nunca se acordaba de que en California era dos horas más temprano que en Indiana.


—¿Diga? —contestó Paula medio dormida.


—¿Te he despertado? Lo siento. Acabo de llegar y quería oír tu voz.


Era Pedro. El sonido de su voz despertó a Paula de golpe. Se sentó en la cama y sonrió.


—Me alegro de que hayas llamado. ¿Qué tal el viaje?


—Agotador. Pero he avanzado mucho —le contó un par de detalles sobre su negocio y sobre los problemas con que se había encontrado. Paula estaba encantada de que confiara en ella—. Estoy rendido… pero quería decirte hola.


—Hola —dijo Paula. Deseaba que estuviera junto a ella.


Él dio un largo suspiro.


—Te he echado de menos.


—Yo también te he echado de menos —admitió ella—. Gracias por las rosas, son preciosas.


—Me alegro de que te gustaran. Cuatro días es mucho tiempo. No quería que te olvidaras de mí.


Ella se rio.


—Buena idea. Creo que ha funcionado —bromeó.


—¿Mañana por la noche nos vamos a ver? —preguntó él. Paula notó una sombra de duda en su voz, como si esperara que ella tuviera alguna excusa para decirle que no.


—Sí, por supuesto. Tampoco me he olvidado de eso —le dijo.


—Bien —dijo Pedro. Su voz era cálida y Paula podía imaginar el brillo en sus ojos oscuros. Hablaron un poco más y quedaron en que Pedro pasaría a recogerla—. Buenas noches —se despidió—. Que tengas dulces sueños.


Sin duda sus sueños iban a ser mucho más dulces.


—Buenas noches, Pedro —susurró Paula, y colgó el teléfono.





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