jueves, 5 de septiembre de 2019

COMPLICADO: CAPITULO 28



Seis meses después…


—Bebé—. Siento la barba corta de Pedro en mi cuello.


No quiero abrir los ojos todavía y suspiro. Me encanta cuando no se afeita y tiene un poco de rastrojo. Inclino mi cabeza, dejando que me coma un poco más.


—Hora de levantarse—. Sacudo la cabeza porque no quiero moverme. Pedro se escabullo en mi cama en medio de la noche y me mantuvo despierta durante horas.


Huele fresco y limpio y quiero tirarlo a la cama conmigo.


—Te duchaste sin mí—, me quejo, no de que nos duchemos juntos.


Hemos hecho lo que nuestros padres nos pidieron y hemos sido furtivos, pero eso se acabó hoy. Mis ojos se abren cuando recuerdo qué día es hoy. ¿Cómo podría olvidarlo? 


Cuando Pedro entró a mi cuarto anoche y se metió debajo de mis cobijas, dijo que me iba a tener una vez más en esta cama antes de que nos fuéramos.


—Vamos, dormilóna— Me saca de la cama y me envuelvo en él, sin soltarme mientras apoyo mi cabeza en su hombro.


—Puedo dormir así.


—Confía en mí. Sé que puedes—. Su cuerpo tiembla con más risas. —Vamos,Paula. Quiero ganarle a mamá y papá en nuestra casa y quiero mostrarte algo —. Me da una pequeña bofetada en el culo y yo me inclino para mirarlo. 


Está tramando algo. 


—Sí, una sorpresa.


—¿Por qué no dijiste eso?— Me meneo para que me baje y me besa antes de dejarme ir.


Voy corriendo por la habitación y me cambio. 


Hemos hecho las maletas y nuestras cosas están en el camión que papá va a llevar hoy. Nuestro lugar está a poca distancia a pie del campus y sólo un pequeño viaje de vuelta a la casa de nuestros padres.


Podríamos habernos quedado en casa, pero necesitamos nuestro espacio. Ya superamos todo eso de andar a escondidas y queremos poder caminar desnudos.


Quiero tener sesiones de besuqueo en nuestro propio sofá sin que mamá o papá nos atrapen.


Abre la puerta del coche para que yo pueda entrar y me roba otro beso antes de partir hacia nuestro nuevo lugar. Cuando se acerca, lo miro, sabiendo que está tramando algo.


—No te enojes—, dice.


Pedro, ¿qué hiciste?


—Este lugar tiene mucha mejor seguridad.


Pongo los ojos en blanco mientras él se acerca a un hermoso edificio histórico y está aún más cerca que el otro lugar que escogimos. Era difícil encontrar alojamiento cerca del campus y sólo teníamos un puñado de lugares para elegir.


—Están convirtiendo todo el lugar en condominios, así que tomé el último piso —. Sólo mide cuatro pisos, así que eso significa que no habrá mucha gente en el edificio.


—¿Somos dueños de este edificio?— No parece culpable cuando se encoge de hombros.


—¡Pedro!— Le doy una bofetada en el hombro, haciéndole reír.


—Los bienes raíces son una buena inversión.—
Salgo y lo miro y me enamoro. El edificio tiene sus piedras originales y tiene mucha historia. Me recuerda cuando mamá me llevó a conocer a Pedro y David por primera vez. En aquel entonces pensaba que era un castillo, y este será nuestro pequeño castillo por ahora. Por mucho que quiera decirle que se ha pasado de la raya, no me atrevo a hacerlo. Esto es perfecto.


Tomo su mano mientras me lleva adentro y veo que el ascensor tiene una puerta de tijera antigua. 


—He hecho que conserven todas las características originales que he podido. Sabía que querrías eso.


—Te amo.— Me inclino hacia él mientras sube el ascensor.


—Yo también te amo.— Cuando nos detenemos, se desliza en una llave y la puerta se abre.


—Laura y Luis están en la planta baja—, dice, y yo sonrío.


El va a morir. Me pregunto si el ya sabe de esto. A diferencia de nuestros padres, el padre de Laura era muy estricto con el matrimonio antes de vivir juntos y la boda fue la semana pasada. Me dijo que habían conseguido un lugar, así que no me extraña que haya estado tan callada.


—Ve a ver nuestra casa, nena.— Me besa el cuello antes de empujarme para entrar.


Entro y miro a mi alrededor y veo el hermoso espacio. No puedo creer que este vaya a ser nuestro hogar juntos.


Cuando me doy la vuelta para mirar a Pedro, se arrodilla. 


—Sé que mamá dijo que no podemos casarnos todavía, pero quiero que todos sepan que ese día se acerca. Dime que te vas a casar conmigo y este lugar es otro capítulo de nuestra vida juntos—, dice mientras empuja el anillo en mi dedo.


—Uno de muchos capítulos—, susurro, luchando contra las lágrimas de alegría y asintiendo felizmente.


Empiezo a caer de rodillas, pero Pedro es más rápido cuando me toma en sus brazos y me lleva a través de nuestro nuevo hogar. Mi espalda golpea una cama y me pierdo en mi futuro esposo, mi todo.




No hay comentarios.:

Publicar un comentario