jueves, 6 de junio de 2019

MELTING DE ICE: CAPITULO 25




Al día siguiente, Pedro vio un camión de mudanzas en casa de Paula, sacó los prismáticos para ver si la veía y comprobó que no había ido en persona a recoger sus cosas.


¡Qué horriblemente silencioso estaba todo! Tras poner un CD en la cadena de música a todo volumen, se sirvió una copa.


Al cabo de un par de días, se encontró recorriendo la casa vacía de Paula, maldiciéndola por haberse ido. Hacía apenas un mes que la conocía y no podía ni dormir ni concentrarse en el trabajo porque no la tenía a su lado.


No podía soportar dormir solo y lo peor era despertarse sin ella a su lado. No se afeitaba. 


Tenía un aspecto terrible. Intentaba prepararse algo de comer y siempre terminaba tomándose un sándwich de cualquier cosa.


Tras otra noche sin dormir, llamó a su secretaria y le dijo que contratara una máquina demoledora. No tenía todavía permiso legal para hacerlo, pero le daba igual.


Pedro se quedó mirando desde la ventana cómo la máquina tiraba la casa de Paula y sintió cómo su corazón se le hacía pedazos, como las paredes y el tejado de la casa.




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